La historia del vidrio en Venecia no arranca del Renacimiento, sino que tiene orígenes más antiguos: lo revela una nueva investigación


La historia del vidrio en Venecia hunde sus raíces en un pasado mucho más remoto, articulado y tecnológicamente avanzado de lo que se imagina: la fase más temprana, la Alta Edad Media, ha permanecido durante mucho tiempo al margen de la narración.

La historia del vidrio en Venecia hunde sus raíces en un pasado mucho más remoto, articulado y tecnológicamente avanzado de lo que uno imagina. Cuando se piensa en el vidrio veneciano, de hecho, el imaginario colectivo conduce al Renacimiento, pero esta visión tan arraigada y universalmente compartida sólo representa una parte de la historia. Durante mucho tiempo, la fase más antigua de la historia del vidrio en Venecia, la Alta Edad Media, permaneció al margen de la narración, considerada un mero antecedente de la futura excelencia de Murano. Un capítulo casi olvidado resurge ahora gracias al estudio de minúsculos fragmentos.

Una investigación arqueométrica que acaba de publicar en la revista Archaeological and Anthropological Sciences la investigadora Margherita Ferri, del Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad Ca’ Foscari de Venecia, examina artefactos de vidrio altomedievales procedentes de San Pietro di Castello, en la antigua isla de Olivolo, uno de los primeros asentamientos de la ciudad, en una posición estratégica cerca del acceso a la laguna y del control de las rutas portuarias. La investigación se llevó a cabo en colaboración con Elisabetta Gliozzo, del Departamento de Historia, Arqueología, Geografía, Arte y Espectáculos (SAGAS) de la Universidad de Florencia, y Eleonora Braschi, delInstituto de Geociencias y Georrecursos del CNR, y se basa en materiales hallados en excavaciones arqueológicas realizadas a principios de los años noventa por la Soprintendenza Archeologia, Belle Arti e Paesaggio de la ciudad metropolitana de Venecia, con la que colabora activamente el Departamento de Estudios Humanísticos de Venecia. El análisis se refiere a cuarenta y cinco muestras de vidrio datables entre los siglos VI y IX, que incluyen cerámica, restos de procesamiento y un crisol de esteatita.

Los resultados dibujan una Venecia altomedieval sorprendentemente dinámica, integrada en amplias redes comerciales y dotada de avanzados conocimientos tecnológicos. Ya en el siglo VIII, la ciudad aparece como un centro neurálgico del Mediterráneo, capaz no sólo de participar en el comercio a gran escala, sino también de absorber y utilizar las innovaciones más sofisticadas de su época.

Uno de los aspectos más relevantes que surgieron se refiere a la transición de la producción tradicional de vidrio a base de natrón, heredada del Imperio Romano, a la basada en cenizas vegetales. Este cambio, provocado por la dificultad de conseguir el natrón egipcio, marcó un punto de inflexión trascendental para la vidriería europea. "La respuesta que se desprende de las excavaciones de San Pietro di Castello -explica Margherita Ferri- es sorprendente. Aquí se han encontrado algunos fragmentos de vidrio fabricado con cenizas de plantas que datan del siglo VIII. Pero el verdadero giro es otro: el análisis químico atribuye estos antiguos fragmentos a una producción sirolevantina. Esto significa que la Venecia de hace 1.300 años no sólo estaba familiarizada con esta nueva tecnología, sino que su comercio era tan eficiente que importaba materiales de última generación producidos a cientos de kilómetros de distancia. Esto sitúa a Venecia entre los primeros centros de Italia en acoger y dominar esta nueva tecnología, mostrándola como un centro increíblemente receptivo y conectado".

Otro descubrimiento se refiere a un mosaico de natrón azul, en el que se han identificado dos sistemas diferentes de opacificación: el antimoniato de calcio, típico de la tradición antigua y en desuso desde el siglo IV, y el estannato de plomo, una técnica más moderna. Esta coexistencia aparentemente anacrónica se explica por la práctica del reciclaje. Los artesanos altomedievales refundían materiales más antiguos para recuperar el vidrio, mezclando técnicas y tradiciones diferentes. Incluso la coloración azul revela elecciones sofisticadas: en lugar de utilizar cobalto puro, se empleaban escorias de la metalurgia, un subproducto rico en cobalto, señal de un profundo conocimiento de los materiales y de una economía basada en la reutilización.

Los análisis sobre la procedencia del vidrio bruto revelan también una Venecia inserta en un sistema de comercio internacional extremadamente articulado. Los hallazgos muestran una distribución casi equitativa entre los materiales procedentes de Egipto y los originarios de Levante, las dos principales zonas de producción de la época. Las rutas comerciales venecianas parecen flexibles y adaptables, capaces de responder a los cambios políticos y económicos del Mediterráneo.

Las nuevas tecnologías y los objetos exóticos llegaban a Venecia en forma de materias primas destinadas a los talleres locales o como artefactos acabados. Los cálices de ceniza vegetal, por ejemplo, muestran una composición química de la materia prima que puede rastrearse hasta lazona sirolevantina, pero tienen formas idénticas a las de los productos locales fabricados con la técnica del natrón. Esto indica que el vidrio bruto fue importado y posteriormente transformado según los modelos venecianos. Por el contrario, el hallazgo de un vaso de base cónica, típico de la producción siria y no atestiguado en el Adriático en aquella época, sugiere la importación directa del producto acabado, un objeto de gran valor.

La Venecia altomedieval aparece así como una cadena de abastecimiento mixta, basada tanto en la importación de materias primas como de productos acabados de lujo para el consumo directo, lo que confirma un nivel de organización económica y cultural sorprendentemente avanzado para la época.

En la foto: Cáliz altomedieval de San Pietro di Castello, similar a los analizados, en proceso de restauración.

La historia del vidrio en Venecia no arranca del Renacimiento, sino que tiene orígenes más antiguos: lo revela una nueva investigación
La historia del vidrio en Venecia no arranca del Renacimiento, sino que tiene orígenes más antiguos: lo revela una nueva investigación


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