Un visitante del MAR - Museo de Arte de la Ciudad de Rávena destruyó una obra en vidrio de Francesco Cavaliere (Piombino, 1980), en la que el artista llevaba trabajando diez años. El visitante destrozó la obra de larga duración del artista al golpearla con su mochila durante un movimiento torpe, lo que provocó la ruinosa caída de la obra. Y al daño se sumó la burla: todo ocurrió apenas quince minutos antes del inicio de la performance de clausura de la exposición Prodigy Kid, una doble muestra individual en la que Cavaliere expuso junto a Leonardo Pivi, artista con el que colabora en un trabajo compartido desde 2018.
Ocurrió el domingo, día de clausura de la muestra. La obra en cuestión, Xilema, estaba compuesta por trompetas de vidrio soplado y, según los testigos, el visitante, intrigado por el extraño instrumento, se acercó a él con la idea de escuchar mejor el sonido de la instalación, sin darse cuenta, sin embargo, de que con su mochila se acercaba peligrosamente al soporte que sostenía el instrumento, provocando su caída al suelo. El museo se cerró inmediatamente al público.
Cavaliere había empezado a trabajar en Xilema en 2012, replanteándose a menudo las formas y la composición y trabajando en el sonido del instrumento, y dio a la obra su forma definitiva en el verano de 2022: era una instalación formada por tres trompetas de vidrio soplado, sostenidas por soportes, que emitían altas frecuencias llevadas al público por varios amplificadores. “No es solo una escultura o una instalación”, explicó Cavaliere al Corriere di Romagna, "sino un verdadero instrumento musical que he llevado a varios conciertos y actuaciones sonoras, como en el Palazzo delle Esposizioni de Roma. Xilema es especial para mí, le tengo mucho cariño y lo que ha pasado me ha dado una pena infinita. Pero, cuando estamos ante obras tan frágiles, pueden pasar ciertas cosas".
El artista también quiso evitar culpar a los guardias de seguridad, también porque hicieron un gran trabajo durante la exposición. ’Por muy disgustado que uno esté, puede pasar’, concluye Cavaliere. Y precisamente por eso existen los seguros". La obra, con un valor total de diez mil euros (cada trompeta vale unos tres mil euros), está de hecho asegurada y el museo ya ha hecho saber que no reclamará al visitante. No obstante, queda la amargura por un daño que podría haberse evitado simplemente prestando atención.
En la foto, un detalle de la obra.
Rávena, un visitante del SAM se da la vuelta con su mochila y destruye una obra de Francesco Cavaliere |
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