Roberto Cuoghi gana el XXVII Premio Pino Pascali


El galardón, instituido en 1969 y recuperado en 1998, se concede al artista modenés por una investigación radical que escapa a las categorías tradicionales. El 18 de octubre, la Fondazione Pino Pascali de Polignano a Mare inaugurará una exposición personal que recorre diez años de su obra.

Roberto Cuoghi es el ganador de la XXVII edición del Premio Pino Pascali. El artista modenés recibirá el galardón en la inauguración de una exposición personal dedicada a él, prevista para el 18 de octubre a las 19.00 horas en la Fondazione Pino Pas cali de Polignano a Mare.

El premio, uno de los más antiguos del panorama italiano, fue instituido en 1969 por los padres de Pino Pascali, artista de Apulia fallecido prematuramente en 1968 en un accidente de coche. Tras una primera fase histórica en la que se concedió a figuras destacadas de la escena contemporánea, se suspendió y se reanudó en 1998, con el objetivo de mantener vivo el diálogo con la investigación artística nacional e internacional.

“La obra de Roberto Cuoghi se centra en la relación entre el individuo y la sociedad, lo que la hace especialmente actual y merecedora al fomentar el diálogo entre el arte y los aspectos socioantropológicos”, reza la motivación del premio. “El artista sitúa en el centro de su investigación el tema metamórfico declinado a través del uso de diferentes formas artísticas, como la escultura, la pintura, el sonido, la instalación; el trabajo multidisciplinar y la capacidad de oscilar a través de transformaciones son indicadores de la proximidad de Roberto Cuoghi a la obra de Pino Pascali”.

A lo largo de las décadas, el premio ha acogido entre sus galardonados a nombres que han marcado la historia del arte contemporáneo. En la primera edición, fueron galardonados artistas como Jannis Kounellis, Vettor Pisani, Maurizio Mochetti, Vincenzo Agnetti y Luca Maria Patella. En años más recientes, el premio ha adquirido un carácter diferente, dirigido en particular a artistas a mitad de carrera capaces de consolidar su trayectoria a escala internacional. Ejemplos de ello son los premios concedidos a Jan Fabre, Jake & Dinos Chapman, Nathalie Djurberg, Hans Op de Beck, Ibrahim Mahama y Christiane Löhr, hasta los italianos Francesco Arena y Nico Vascellari, ganadores de las últimas ediciones.

Roberto Cuoghi. Foto: Albert Fuchs
Roberto Cuoghi. Foto: Albert Fuchs

La decisión de conceder el premio a Roberto Cuoghi se inscribe en esta línea de continuidad. Nacido en Módena en 1973, Cuoghi se ha consolidado como una de las personalidades más singulares y difíciles de clasificar del panorama contemporáneo. Su carrera ha alcanzado hitos internacionales: en 2017 participó en la 57ª. Bienal de Venecia, en el pabellón italiano titulado El mundo mágico y comisariado por Cecilia Alemani, junto a Giorgio Andreotta Calò y Adelita Husni-Bey. En aquella ocasión Cuoghi presentó la obra Imitación de Cristo, que contribuyó a confirmar su centralidad en el debate artístico de aquellos años. Otros momentos importantes de su carrera son la exposición individual en el Fridericianum de Kassel y la retrospectiva Perla Pollina 1996-2016, un proyecto articulado entre el Centre d’Art Contemporain de Ginebra y el Museo Madre de Nápoles, que recorrió veinte años de su producción.

La práctica de Cuoghi se caracteriza por un enfoque radical, alejado de escuelas o influencias directas. Para él, cada proyecto representa un campo de experimentación técnica y conceptual, donde el proceso creativo se convierte en parte integrante de la obra. El artista desarrolla metodologías novedosas, a menudo concebidas específicamente para cada serie, con una artesanía que no deja lugar a la improvisación. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Cuoghi nunca ha consolidado un estilo reconocible: sus obras, profundamente diferentes de un ciclo a otro, abarcan distintos medios y lenguajes, sin asentarse en una única definición.

Su libertad respecto a los códigos preestablecidos ha llevado a varios críticos a definirlo como uno de los autores más radicales de su generación. Entre ellos Alessandro Rabottini, que ha escrito cómo Cuoghi elude las categorizaciones fáciles, identificando en esta característica uno de los elementos distintivos de su investigación. La exposición en la Fondazione Pino Pascali brinda la oportunidad de documentar y explorar el trabajo que el artista ha desarrollado en los últimos diez años. La exposición está organizada en colaboración con dos galerías de referencia para Cuoghi, Chantal Crousel y Hauser & Wirth, que han seguido y apoyado su evolución a lo largo de los años.

Roberto Cuoghi gana el XXVII Premio Pino Pascali
Roberto Cuoghi gana el XXVII Premio Pino Pascali


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