Roma recuerda a Giulio Turcato con una retrospectiva en el 30 aniversario de su muerte


Del 11 de octubre de 2025 al 31 de enero de 2026 en Roma, la Fondazione Giuliani per l'arte contemporanea dedica una exposición a Giulio Turcato. Comisariada por Martina Caruso y Adrienne Drake, la exposición explora treinta años de investigación sobre el monocromo, entre experimentación material, luz y tensión visionaria.

Roma recuerda, en el 30 aniversario de su muerte, a Giulio Turcato (Mantua, 1912 - Roma, 1995), una de las figuras más radicales e inventivas del arte italiano posterior a la Segunda Guerra Mundial, con una exposición que acoge la Fundación Giuliani de Arte Contemporáneo. La exposición, titulada simplemente Turcato, está comisariada por Martina Caruso y Adrienne Drake y estará abierta al público del 11 de octubre de 2025 al 31 de enero de 2026.

La exposición pretende restituir la complejidad y el poder visionario de un artista que fue capaz de atravesar décadas de historia del arte con un lenguaje en constante evolución, capaz de fusionar materia, luz y pensamiento político. La exposición, concebida como un recorrido por las principales fases de la investigación de Turcato, se centra en el tema del monocromo, entendido no como expresión de reducción o silencio pictórico, sino como espacio generativo y fértil donde el color se convierte en instrumento de conocimiento y experimentación.

En sus obras de principios de los años sesenta en adelante, Giulio Turcato transforma la superficie pictórica en un campo de energía y metamorfosis. El monocromo, para el artista, nunca representa un punto de llegada, sino un nuevo comienzo. Frente a quienes buscaban en el monocromo un lugar de aterrizaje espiritual o una suspensión conceptual, Turcato lo interpreta como un umbral de apertura, un territorio donde se encuentran la experiencia sensible y la intelectual.

Giulio Turcato, Giallo pelle (1961; óleo, técnica mixta y collage sobre arpillera, 110 x 132 cm)
Giulio Turcato, Amarillo piel (1961; óleo, técnica mixta y collage sobre arpillera, 110 x 132 cm)
Giulio Turcato, Superficie lunare (Superficie violeta azul) (c. 1964; óleo y técnica mixta sobre gomaespuma, 200 x 160 cm)
Giulio Turcato, Superficie lunare (c. 1964; óleo y técnica mixta sobre gomaespuma, 200 x 160 cm)
Giulio Turcato, Superficie lunar (1968; óleo, técnica mixta sobre gomaespuma, 29 x 62 cm)
Giulio Turcato, Superficie lunar (1968; óleo y técnica mixta sobre gomaespuma, 29 x 62 cm)
Giulio Turcato, Más allá del espectro (1971; óleo, técnica mixta sobre lienzo, 120 x 160 cm)
Giulio Turcato, Más allá del espectro (1971; óleo, técnica mixta sobre lienzo, 120 x 160 cm)
Giulio Turcato, Marino (1972; óleo y técnica mixta sobre lienzo, 300 x 100 cm)
Giulio Turcato, Marino (1972; óleo y técnica mixta sobre lienzo, 300 x 100 cm)
Giulio Turcato, La puerta (1974; óleo, técnica mixta sobre lienzo, 150 x 130 cm)
Giulio Turcato, La puerta (1974; óleo y técnica mixta sobre lienzo, 150 x 130 cm)

Sus lienzos cobran vida con materiales insólitos que alteran su percepción y densidad: superficies huecas, polvos fosforescentes, fragmentos de píldoras, monedas, papel carbón. Elementos tomados de la vida cotidiana se convierten, en sus manos, en un lenguaje poético y cognitivo. A través de estas inclusiones materiales, el artista construye un alfabeto personal con el que investigar la realidad natural y orgánica -de plantas a minerales, de ruinas a microorganismos- traduciendo la complejidad del mundo en una sintaxis visual capaz de combinar ciencia, imaginación y percepción.

Para Turcato, el arte es un proceso cognitivo. En su visión, el color y la forma son medios para explorar las estructuras profundas de la realidad, no meras herramientas decorativas. La materia cromática se convierte así en un vehículo para el pensamiento, la vibración física y la reflexión sobre lo visible.

La exposición de la Fondazione Giuliani recorre también la trayectoria histórica y política del artista, que entrelazó constantemente el compromiso civil con la investigación formal. En 1947, junto con Carla Accardi, Ugo Attardi, Pietro Consagra, Piero Dorazio, Mino Guerrini, Achille Perilli y Antonio Sanfilippo, Turcato fundó el grupo FORMA 1. El movimiento nació en oposición a la rígida ortodoxia figurativa promovida por el realismo socialista, reivindicando la autonomía del arte abstracto y la libertad de experimentación. En este contexto, el artista comienza a definir una pintura inquieta, a caballo entre la abstracción y los residuos de la realidad, donde la forma se convierte en una herramienta de reflexión sobre la sociedad y la posibilidad de representar la contemporaneidad.

Durante la década de 1960, la mirada de Turcato se abre al diálogo internacional. Durante su primer viaje a Nueva York en 1962, entró en contacto con las investigaciones de Robert Rauschenberg y Jasper Johns, cuyo enfoque experimental de los materiales encontró una resonancia inmediata en su sensibilidad. Su obra también comparte afinidades con las investigaciones de Robert Ryman, dedicadas a la exploración de la blancura y la superficie, y se compara con las experiencias italianas de Alberto Burri y Enrico Castellani, artistas que, como él, investigaron los límites de la pintura y su capacidad para convertirse en objeto, espacio y materia.

En esos mismos años, Turcato inició una reflexión sobre el color “más allá del espectro”, idea que encontró expresión en las series Fuori dallo spettro de 1962 y Oltre lo spettro de la década de 1970. En estas obras, la pintura se convierte en una tensión hacia un color inexistente, una energía luminosa que escapa a la visión ordinaria. Su obra dialoga con los monocromos de Mario Schifano, centrados en la vitalidad cromática, pero se distingue por su apertura a una dimensión metafísica.

La investigación sobre el color culmina en la serie Cangianti, donde los pigmentos reaccionan a la luz y al movimiento, generando reflejos que cambian en relación con la mirada del espectador. Algunas obras contienen materiales que se hacen visibles en la oscuridad, amplificando la percepción y transformando la superficie pictórica en un campo dinámico, nunca igual.

En la década de 1960, con las Superficies lunares, Turcato miró hacia lo desconocido. Estas obras evocan paisajes extraterrestres, donde la materia pictórica parece reflejar el enigma de la conquista espacial, en un diálogo ideal con las experiencias de Lucio Fontana. Pero si para Fontana el corte es una apertura física hacia el infinito, para Turcato es la propia superficie la que se convierte en un lugar de exploración, un terreno de experiencias sensoriales en el que luz, color y materia se combinan para generar nuevas percepciones.

Giulio Turcato, In giallo (1979; óleo y técnica mixta sobre lienzo, 150 x 130 cm)
Giulio Turcato, In giallo (1979; óleo y técnica mixta sobre lienzo, 150 x 130 cm)
Giulio Turcato, En azul (1979; óleo y técnica mixta sobre lienzo, 150 x 130 cm)
Giulio Turcato, En azul (1979; óleo y técnica mixta sobre lienzo, 150 x 130 cm)
Giulio Turcato, Rojo emblemático (1983; óleo y técnica mixta sobre lienzo, 195 x 295 cm)
Giulio Turcato, Rojo emblemático (1983; óleo y técnica mixta sobre lienzo, 195 x 295 cm)
Giulio Turcato, Cangiante giallo (1986; óleo y técnica mixta sobre cartón, 18 x 24 cm)
Giulio Turcato, Cangiante giallo (1986; óleo y técnica mixta sobre cartón con soporte de lienzo, 18 x 24 cm)

En Cangianti y Monocromi, la pintura se desmaterializa al tiempo que permanece anclada en la fisicidad de la materia. Cada obra vibra con una energía interior, una densidad que une el color al cuerpo y al espacio. La superficie nunca es neutra, sino viva, sensible, capaz de responder a los cambios de luz y de punto de vista.

A través de esta larga exploración, Turcato construye un pensamiento pictórico coherente y visionario, que no se basa en enunciados teóricos, sino en la experiencia directa de la materia. Su investigación invita al espectador a cuestionarse la naturaleza misma de la pintura y su poder para alterar la percepción del mundo.

Con esta exposición, la Fundación Giuliani propone no sólo una reinterpretación de la figura de Turcato, sino también una reflexión sobre el papel de la pintura en el contexto contemporáneo. Las comisarias Martina Caruso y Adrienne Drake han construido un itinerario que pone de relieve la dimensión procesual de su obra, su constante oscilación entre el rigor analítico y la intuición poética, entre el compromiso civil y la libertad imaginativa.

La exposición estará abierta de miércoles a sábado, de 15:00 a 19:30, y con cita previa, confirmando la vocación de la Fondazione Giuliani de acoger proyectos que exploren la complejidad de la investigación artística contemporánea e histórica. Para más información y reservas, visite www.fondazionegiuliani.org o escriba a info@fondazionegiuliani.org.

Roma recuerda a Giulio Turcato con una retrospectiva en el 30 aniversario de su muerte
Roma recuerda a Giulio Turcato con una retrospectiva en el 30 aniversario de su muerte


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