Del 14 de junio al 28 de septiembre de 2025, la Bibliothèque-musée Inguimbertine de Carpentras(Francia) acoge la primera gran retrospectiva dedicada a Joseph Siffred Duplessis (Carpentras, 1725 - Versalles, 1802), figura central del retrato oficial en la Francia del siglo XVIII, hoy casi desconocido para el gran público. La exposición, titulada Joseph-Siffred Duplessis (1725-1802), L’art de peindre la vie, se enmarca en el tricentenario del nacimiento del artista y reúne unas sesenta obras entre pinturas, dibujos y estudios preparatorios, procedentes de museos franceses e internacionales, como el Louvre, el museo Carnavalet, el Metropolitan Museum of Art de Nueva York y el museo de Bellas Artes de Canadá.
La exposición, comisariada por Xavier Salmon, director del departamento de Artes Gráficas del Louvre y especialista en retratos del siglo XVIII, presenta una selección representativa de toda la carrera de Duplessis. Pintor académico y oficial, autor del célebre retrato de Luis XVI en pleno atuendo sagrado, Duplessis retrató a personajes destacados de su época, como Benjamin Franklin, el compositor Gluck, Jacques Necker y su esposa Suzanne Curchod, María Antonieta, miembros del clero, élites intelectuales y cortes provinciales. La exposición se compone de obras procedentes de importantes instituciones y de la propia colección inguimbertina, que alberga 22 obras del artista, la colección pública más importante conocida en la actualidad. Entre ellas figuran las dos únicas pinturas religiosas del autor, La Pentecôte y L’Invention de la croix par sainte Hélène, realizadas para la catedral de Carpentras en sus primeros años, tras formarse en Roma en el taller de Pierre Subleyras.
Duplessis nació el 22 de septiembre de 1725 en Carpentras, hijo de un pintor artesano. Formado inicialmente con el monje pintor Hermano Imbert en Villeneuve-lès-Avignon, se trasladó más tarde a Roma, donde perfeccionó su técnica con Subleyras. De regreso a su patria hacia 1748, recibió sus primeros encargos eclesiásticos. Su carrera artística se consolidó definitivamente en París a partir de 1752, con su ingreso en la Académie Royale de Peinture en 1769. De sus primeros retratos conocidos, el más conocido es el del abate François Arnaud, que supuso su debut en el Salón del Louvre y atrajo la atención de Denis Diderot. Duplessis fue inmediatamente apreciado por su capacidad para captar la individualidad de sus retratados, la viveza de sus miradas, la representación de sus carnaciones y la maestría en la representación de telas y ornamentos. Estas cualidades le valieron el título de “Van Dyck de Francia”, como se afirma en una crítica anónima de 1781.
En 1771, recibió el encargo de pintar el retrato ecuestre de María Antonieta, proyecto que no se llevó a término, tal vez debido a la franqueza con la que el artista retrató los rasgos de la joven archiduquesa de Austria. Ese mismo año recibió el prestigioso encargo del retrato oficial de Luis XVI en su atuendo real, terminado en 1777 y que se convirtió en el modelo iconográfico oficial del soberano, difundido también a través de grabados. Además de los retratos oficiales de la corte, Duplessis cultivó fuertes vínculos con su provincia natal. Siguió retratando a notables e intelectuales del Comtat Venaissin y de las regiones del sur de Francia, manteniéndose fiel a una clientela que le garantizaba autonomía económica y libertad artística. Algunos de estos retratos, conservados en la colección Inguimbertine, dan fe de su habilidad para construir composiciones sobrias y eficaces, dominadas por fondos oscuros de los que emergen con fuerza los rostros de sus retratados.
La Revolución Francesa marcó el declive de su carrera pictórica. A partir de 1785, Duplessis, aquejado de problemas de vista y de la pérdida de su clientela aristocrática, deja progresivamente de pintar. En 1794 se retira a Carpentras, donde se le confía la tarea de inventariar el patrimonio artístico del distrito. Dos años más tarde, fue nombrado conservador del nuevo museo de la Escuela Francesa instalado en el castillo de Versalles. Murió allí el 1 de abril de 1802, en un relativo anonimato. La Inguimbertine, ahora ubicada en el monumental Hôtel-Dieu restaurado en 2024, acoge la exposición en un marco que realza el patrimonio de la ciudad. La institución cultural, única en su género en Francia, está concebida como una biblioteca-museo, un proyecto que hunde sus raíces en el siglo XVIII, cuando Monseñor d’Inguimbert decidió hacer pública su colección de libros y arte. Además de la exposición, el evento irá acompañado de un catálogo erudito, publicado por Lienart, que reúne las aproximadamente doscientas obras atribuidas con certeza al pintor, ofreciendo una herramienta de investigación actualizada. La exposición también se beneficia de préstamos de numerosas instituciones, como el museo Carnavalet, el museo de Versalles, el museo Calvet, la Académie de Médecine, el museo Nelson-Atkins de Kansas City, el MET de Nueva York y la Fondation d’Haussonville de Suiza. Con esta exposición, Carpentras pretende devolver a Duplessis al panorama del gran retrato europeo del siglo XVIII, reposicionando a un autor olvidado en el contexto de un siglo que hizo del retrato uno de los géneros más practicados y solicitados, tanto en la capital como en provincias. Sin indulgencias celebratorias, la iniciativa pretende restituir el perfil completo de un artista que, según Xavier Salmon, “sedujo las verdades de la naturaleza a las gracias de la bella ejecución”.
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Por primera vez en Francia, una exposición sobre Duplessis, retratista de corte de Luis XIV |
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