Manifesta 16 presenta sedes y equipo curatorial: a tres octogenarios se sumarán tres jóvenes


En 2026, la nómada Bienal Manifesta desembarca en la región alemana del Ruhr y elige cuatro ciudades y sus iglesias abandonadas como lugares simbólicos para un proyecto que combina investigación artística, memoria urbana y regeneración social. También se presentó el equipo curatorial: tres mayores de 80 años colaborarán con dos veinteañeros y un cuarentón.

En 2026, el corazón palpitante delarte contemporáneo europeo latirá en la región alemana del Ruhr. La decimosexta edición de Manifesta, la bienal nómada fundada en Rotterdam en 1996 como plataforma de intercambio cultural y artístico transfronterizo, se instalará efectivamente en este territorio marcado por profundas transformaciones económicas y sociales. Las ciudades de Essen, Bochum, Duisburgo y Gelsenkirchen se convertirán en los ejes de un itinerario que pasará por iglesias en desuso, edificios simbólicos de una época y espacios hoy vacíos por repensar. Hoy se han presentado los lugares de exposición y el equipo de comisarios que darán vida al evento.

Manifesta 16 Ruhr pretende transformar las sedes en laboratorios de arte y comunidad, abordando la cuestión crucial de la regeneración urbana: Así, la exposición tendrá lugar en la Liebfrauenkirche de Duisburgo, la iglesia de Santa Gertrudis, el Kunstraum Heilig Geist (“Espacio de arte del Espíritu Santo”) y la iglesia de San Marcos de Essen, las iglesias de San Bonifacio, Santo Tomás, Santa Ana y San José de Gelsenkirchen, y las iglesias de Getsemaní, Cristo Rey, San Ludger y Santa Ana de Bochum. El proyecto toma forma a partir de una larga fase de investigación preliminar, en la que se investigó el potencial de las iglesias abandonadas como nuevos centros de socialidad y creatividad. Al frente está el arquitecto español Josep Bohigas (1967), nombrado “Mediador Creativo Urbano”, que desarrolló la visión urbana titulada Esto no es una iglesia. Mediante consultas a ciudadanos y residentes, Bohigas y su equipo sondearon las necesidades de las comunidades locales, identificando la reactivación de estos edificios como una oportunidad para devolver el sentido y la cohesión a unos barrios marcados por la pérdida de identidad y la fragmentación social.

Las encuestas confirmaron cómo, en el contexto mundial, las estrategias de renovación urbana se orientan cada vez más hacia la proximidad: acortar las distancias entre los lugares de la vida cotidiana y los servicios esenciales, devolver la centralidad a los espacios compartidos. En la región del Ruhr, la situación tiene raíces históricas particulares. En el siglo XX, se crearon nuevas zonas de viviendas de baja densidad para satisfacer las necesidades de las grandes industrias mineras y siderúrgicas. Esta expansión dio lugar a la aparición de una metrópolis policéntrica compuesta por barrios incompletos o aislados. Con el declive de la industria pesada y la transición socioeconómica del siglo XXI, muchas de esas comunidades han perdido cohesión, dejando un legado de espacios disfuncionales y malestar urbano.

La Bienal ha decidido abordar este reto implicando directamente a los ciudadanos. Las encuestas y asambleas públicas organizadas en toda la región han puesto de manifiesto la urgencia de recuperar los lugares de culto en desuso como centros cívicos y culturales. La coincidencia con las elecciones municipales en Renania del Norte-Westfalia, que tuvieron lugar el 14 de septiembre, reforzó esta percepción: muchas comunidades expresaron abiertamente su descontento con la ineficacia de los espacios públicos y un sentimiento de alienación de la zona urbana. Manifesta 16 Ruhr propone, por tanto, utilizar las prácticas artísticas como herramienta para abordar los problemas medioambientales, sociales y económicos de la región.

El equipo curatorial de Manifesta, los “Mediadores Creativos” como han sido apodados sus miembros, refleja un modelo intergeneracional y colaborativo. Además de Bohigas, el grupo incluye al historiador del arte alemán Gürsoy Doğtaş (1972), nombrado Mediador Creativo para programas públicos, y a tres figuras de gran experiencia en el panorama curatorial europeo: René Block (1942), Henry Meyric Hughes (1942) y Anda Rottenberg (1944). Cada uno de ellos trabajará en tándem con un comisario más joven, en un diálogo que abarca generaciones y tradiciones.

En Bochum, la histórica comisaria polaca Anda Rot tenberg dirigirá el proyecto junto con Krzysztof Kosciuczuk (1983), también comisario polaco activo entre Varsovia y Suiza. En Essen, el veterano René Block, protagonista de la escena Fluxus y director de numerosas instituciones entre Alemania y Escandinavia, colaborará con la berlinesa Leonie Herweg (1997), joven comisaria comprometida con las prácticas participativas y la valorización del conocimiento local. En Duisburgo, por su parte, el inglés Henry Meyric Hughes, ex director de la Hayward Gallery y figura clave en la historia de Manifesta, propondrá una exposición que explorará los últimos treinta años de la historia europea, desde las esperanzas de la posguerra fría hasta la crisis actual marcada por el populismo y el conflicto. Trabajará con él el comisario y crítico Michael Kurtz (1998), una de las voces emergentes de la crítica británica. En Gelsenkirchen, el Teatro Musical del Ruhr acogerá otros proyectos relacionados con este programa, ampliando la dimensión interdisciplinar del evento.

El equipo curatorial de Manifesta 16. De izquierda a derecha: Bohigas, Hughes, Block, Kościuczuk, Rottenberg, Herweg, Kurtz y Doğtaş.
El equipo curatorial de Manifesta 16. De izquierda a derecha: Bohigas, Hughes, Block, Kościuczuk, Rottenberg, Herweg, Kurtz y Doğtaş.

La decisión de entrelazar figuras consagradas y nuevas generaciones responde al deseo de la directora Hedwig Fijen de aprovechar al máximo el capital de conocimientos acumulado por la Bienal a lo largo de treinta años, proyectándolo hacia el futuro. De hecho, 2026 marcará el trigésimo aniversario de Manifesta, nacida en Rotterdam en 1996 en un momento de optimismo europeo, cuando la caída del Muro de Berlín y la perspectiva de una mayor integración continental alimentaron la confianza en una plataforma de intercambio artístico entre Oriente y Occidente.

El proyecto también adquiere un significado simbólico desde el punto de vista geopolítico: la colaboración entre personalidades de Alemania, Polonia y el Reino Unido, tres naciones cruciales en el nuevo equilibrio del continente, subraya el compromiso de Manifesta de mantener viva la idea de la solidaridad cultural transnacional. La elección de trabajar en espacios religiosos en desuso, lugares de memoria colectiva y al mismo tiempo de abandono, se convierte así en una metáfora del intento de reparar las fracturas históricas y sociales del territorio, devolviendo la centralidad a la relación entre comunidad, arte y espacio urbano.

El recorrido de Manifesta 16 Ruhr promete ser, por tanto, un viaje sin precedentes entre arquitectura sacra y arte contemporáneo, pero sobre todo un experimento de reconstrucción simbólica y real de un tejido social desgarrado. En un momento en que Europa aparece marcada por divisiones e incertidumbres, Manifesta elige el lenguaje del arte para proponer escenarios de resiliencia y nuevas formas de comunidad, transformando las ausencias del pasado en posibilidades de futuro.

Manifesta 16 presenta sedes y equipo curatorial: a tres octogenarios se sumarán tres jóvenes
Manifesta 16 presenta sedes y equipo curatorial: a tres octogenarios se sumarán tres jóvenes


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