La Fundación Sandra y Giancarlo Bonollo para el Arte Contemporáneo de Thiene, en la provincia de Vicenza, presenta dos nuevos proyectos expositivos que confirman el compromiso de la institución con la valorización de los talentos internacionales y la construcción de un punto de referencia cultural de alcance mundial. Del 22 de noviembre de 2025 al 31 de enero de 2026, los visitantes podrán confrontarse con la exposición personal de la pintora estadounidense Anna Glantz, titulada Tutto si si fa più grigio, più dorato e freddo / It’s getting grayer and gold and chilly, comisariada por Elisa Carollo, y con la del fotógrafo sudafricano Pieter Hugo, Affinità / Affinidades, comisariada por Federica Angelucci. Ambas exposiciones ocupan los espacios delantiguo complejo dela Chiesa delle Dimesse, en Via dell’Eva 1, Thiene.
Las obras de Anna Glantz, creadas específicamente para los espacios de la Fundación, ofrecen una visión en profundidad de sus investigaciones más recientes. La artista se centra en la génesis de la forma, es decir, en los elementos que preceden a la representación propiamente dicha. La práctica pictórica de Glantz se desarrolla en torno a la materia, el color y la forma, con el objetivo de cristalizar la tensión entre el mundo interior y el exterior, entre la figuración y la abstracción. Su pintura se aleja de los modelos de la figuración tradicional para construir una lógica pictórica alternativa, en la que las formas emergen a través de vibraciones cromáticas y modulaciones de tono más que a través de líneas o geometrías convencionales. En los lienzos del artista, el espacio y el tiempo adquieren una cualidad sensible y perceptible a través de la materia y el color. Cada obra se convierte en un proceso lento y reflexivo de reconexión con la esencia de las cosas y su imagen original. El conjunto de las obras pone de relieve una dialéctica entre los elementos pictóricos: pinceladas, tonos y motivos recurrentes se combinan para generar significados que no surgirían si se observaran de forma aislada. La experiencia de la exposición ofrece una especie de revelación: para Glantz, la pintura ya no es un medio de mera representación, sino una herramienta a través de la cual interrogar la forma en que percibimos y habitamos el mundo con nuestros sentidos y nuestra mente. Sus lienzos rematerializan percepciones, recuerdos y sensaciones, traduciendo la experiencia íntima y subjetiva en formas visibles.
El cuadro colocado en el altar“, explica Elisa Carollo, comisaria de la exposición, ”aunque formalmente recuerda a los iconos sagrados, ya no necesita representar a la divinidad: la pintura misma se convierte en un vehículo de manifestación que, a través de la materia y el proceso de creación que encarna, revela el misterio más profundo de la creación, la génesis de todas las cosas que surgen del caos y el vacío para convertirse en forma".
Paralelamente, la Fundación acoge Affinity, una exposición individual de Pieter Hugo, fotógrafo sudafricano. La muestra reúne retratos de personas que el artista ha ido conociendo a lo largo de los años, procedentes de distintos entornos geográficos y sociales. Hugo se centra en la intimidad de los sujetos y la conexión visual con el espectador. Los retratos, de cuerpo entero o medio cuerpo, a menudo muestran a los sujetos desnudos mirando directamente al espectador, creando una escena suspendida que se desprende del antes y el después. Los rostros y cuerpos fotografiados se presentan al margen de estereotipos y categorizaciones, esbozando un mapa complejo y nada simplificado de la humanidad contemporánea, donde cada individuo conserva su propia e irreductible singularidad.
“Gran parte de mi trabajo se inscribe en la tradición post-documental, y tiene como objetivo investigar la veracidad y las posibilidades del medio fotográfico”, explica el artista. “Sin embargo, cíclicamente vuelvo a lo que siempre me ha atraído de la fotografía: la curiosidad, estar presente en el mundo, la fugacidad, la clara conexión de la fotografía con la muerte. Explorar cómo una imagen puede ser ’suficiente’, sin necesidad de ser nada más que un testimonio del tiempo, del hecho de que alguien ha observado, se ha posicionado o ha sentido un impulso lo suficientemente fuerte como para querer hacerla”. “Si la normalidad es simétrica, me atrae lo asimétrico. La rigidez de una marcha normal debe de ser asfixiante. La sociedad quiere ejercer el control, mediante un estado binario en el que todo es equilibrio y resolución”.
Hugo recurre a diferentes lenguajes visuales, desde la fotografía dermatológica forense hasta la historia del arte, incorporando estas referencias a sus instantáneas. La serie There’s a Place in Hell for Me and My Friends, que también incluye un autorretrato, se inspira en la fotografía médica: las marcas y pigmentaciones de la piel se convierten en elementos informativos. Las imágenes, manipuladas digitalmente y reducidas a blanco y negro, ponen de relieve imperfecciones y contradicciones vinculadas a la percepción estética y a los cánones de belleza impuestos por la cultura popular. Entre las obras expuestas, la serie Solus Vol. I recoge retratos realizados mediante street-casting, invitando a los modelos a presentarse sin filtros sobre un fondo neutro, y ofreciendo un análisis de los valores estéticos que caracterizan a la industria de la moda contemporánea. Algunos retratos remiten claramente a la historia del arte: Gabrielle y una de sus hermanas minimiza los detalles circundantes para dejar que dos cuerpos desnudos ocupen todo el espacio visual, generando una atmósfera suspendida entre el erotismo y la ternura. Últimos días de lactancia, por su parte, muestra a una madre con su bebé, único ejemplo en la exposición de un interior doméstico, evocando reminiscencias de las Madonnas renacentistas sin reproponer su forma iconográfica, pero manteniendo su cualidad de intimidad.
Hugo también explora los temas de la edad y el género: tres retratos en color destacan la juventud y la masculinidad. En Truck Driver, la exuberancia y la mirada abierta esbozan una relación directa con el mundo; en Shaun Oliver, la edad madura se representa con ironía y actitud desafiante; Jakob, el hijo adolescente del artista, muestra al público su vulnerabilidad física y psicológica, transformando la fragilidad en fuerza expresiva. La exposición se cierra con Crow’s Feet, Cape Town (2018), un detalle del ojo extraído de la serie What the Light Falls On, creada a lo largo de los últimos 23 años, donde la relación entre fotógrafo y sujeto, observador y observado, encarna la esencia de Affinity.
Con estas dos exposiciones, la Fondazione Sandra e Giancarlo Bonollo consolida su posición como centro de referencia del arte contemporáneo internacional, confirmando su vocación de actuar como encrucijada cultural y favorecer la circulación de obras y artistas procedentes de los más diversos contextos internacionales.
Anna Glantz (Concord, 1989) vive y trabaja en Los Ángeles. Su pintura se mueve entre la figuración y la abstracción, explorando la psicología de la imagen, la percepción y la relación entre la visión, el tiempo y la producción de significado. Es licenciada en Arte y Lingüística por la UCLA y obtuvo un máster en Artes Visuales por la Universidad de Columbia en 2014. Ha expuesto en galerías como The Approach (Londres), Chris Sharp Gallery (Los Ángeles), Foxy Production y PAGE (Nueva York), y participado en exposiciones internacionales como Independent New York. Ha participado en exposiciones colectivas en Marian Goodman Gallery (Los Ángeles), Tanya Leighton (Berlín), Zabludowicz Collection (Londres), Standard (Oslo), Petzel Gallery y James Cohan Gallery (Nueva York). Ha sido galardonada con la beca Rema Hort Mann Emerging Artist Grant (2016), la Andrew Fisher Fellowship (2013), la Dong Kingman Fellowship (2012) y la UCLA Regents Scholarship (2007). Sus obras se encuentran en colecciones privadas e institucionales, como la Fundación Sandra y Giancarlo Bonollo para el Arte Contemporáneo, la Colección Erling Kagge y el Museo Voorlinden. En 2025, la Fundación Bonollo le dedicó su primera exposición individual institucional en Italia.
Pieter Hugo (Johannesburgo, 1976) vive y trabaja cerca de Ciudad del Cabo. Trabaja entre retratos de estudio, fotografía documental y composiciones escenificadas, investigando cómo la historia, el contexto y el tiempo se imprimen en las personas, los lugares y las culturas visuales. A través del retrato explora las subculturas, las identidades marginales, el conflicto, la autorrepresentación y la dinámica familiar, creando un espacio entre la apariencia y la humanidad compartida, entre la estética y la responsabilidad de la mirada. Sus series más conocidas son Kin (Sudáfrica), The Hyena Men (Nigeria), Nollywood (industria cinematográfica nigeriana) y La Cucaracha (México). Las obras de Hugo se encuentran en colecciones como las del Museo de Arte Moderno y el Museo Metropolitano de Arte (Nueva York), la Galería Nacional de Victoria (Melbourne), el Rijksmuseum (Amsterdam), el Victoria & Albert Museum (Londres) y el Centro Pompidou (París). Ha recibido el Primer Premio del PDN Photo Annual Award (2015), el Premio Discovery del Festival Rencontres d’Arles (2008), el Premio KLM Paul Huf (2008) y el Primer Premio de la sección Retratos del World Press Photo (2016). Entre sus exposiciones individuales más recientes figuran Foam (Ámsterdam), Museum für Kunst und Kulturgeschichte (Dortmund) y MAXXI (Roma).
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| Arte contemporáneo en Thiene: Anna Glantz y Pieter Hugo en dos exposiciones individuales |
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