En elInstituto Suizo de Roma se ha inaugurado Con lo zucchero in bocca (Con el azúcar en la boca), una exposición colectiva que reúne a ocho artistas contemporáneos y reflexiona sobre la relación entre la dulzura, el deseo y la explotación de los recursos. La muestra podrá visitarse hasta el 6 de julio de 2025 en los espacios de la Villa Maraini, histórica residencia romana que hoy alberga el Instituto.
Comisariada por Lucrezia Calabrò Visconti, conservadora jefe del Instituto Suizo, la exposición parte de un elemento sencillo y familiar, el azúcar, para explorar las formas en que las narrativas colectivas edulcoran los procesos de conquista, domesticación y consumo de la naturaleza y sus habitantes. El origen de esta reflexión se encuentra en la propia historia del lugar que acoge el proyecto: de hecho, la villa fue propiedad de Carolina Maraini-Sommaruga y EmilioMaraini, un empresario del Tesino que fue uno de los pioneros de la producción de azúcar de remolacha en Italia. Las obras presentadas, algunas nuevas y otras ya existentes, abarcan la pintura, la escultura, la instalación y el cine.
Los artistas participantes son Gianfranco Baruchello, Binta Diaw, Gina Fischli, Pauline Julier, Oz Oderbolz, Sergio Rojas Chaves, VirginieSistek y Milva Stutz. A través de una pluralidad de enfoques, que incluyen referencias históricas, narraciones autobiográficas y relatos de ficción, las obras deconstruyen la estética tranquilizadora que suele acompañar a la representación de lo natural. Se cuestiona la imaginería habitual asociada a la naturaleza, en un intento de liberarla de una mirada ingenua, conciliadora o puramente escapista. Imágenes familiares, materiales domésticos y referencias culturales comunes se reelaboran para revelar su potencial crítico.
El título de la exposición recuerda una sensación física, evocando la experiencia concreta del azúcar en la boca. Los materiales utilizados en las obras, como muebles o alimentos, aparecen en formas distorsionadas y alienantes, sacados de su contexto de uso cotidiano y reutilizados para cuestionar los sistemas de significado que los rodean. La exposición opera así una tensión entre las dimensiones microscópica y macroscópica, entre lo que puede ser tan pequeño que escape a la vista, como el polvo de azúcar, y lo que adquiere proporciones cósmicas, como una galaxia. La selección de obras se mueve a lo largo de un eje que vincula cuerpo y materia, afectos y territorios. La dulzura, como sensación, se convierte en vehículo para hablar de otra cosa: el deseo, el consumo, la explotación, el colonialismo. En esta perspectiva, la producción y extracción de recursos no se tratan desde una perspectiva económica o histórica en sentido estricto, sino como elementos dentro de un discurso cultural más amplio que incluye símbolos, representaciones y percepciones compartidas. La exposición forma parte del programa curatorial del Instituto Suizo, que cuenta con el apoyo de una red de organizaciones e instituciones entre las que figuran el Consejo Suizo de las Artes Pro Helvetia, la Secretaría de Estado de Educación, Investigación e Innovación, la Oficina Federal de Edificios y Logística, EFG, el Cantón del Tesino, la Ciudad de Lugano y la Universidad de la Suiza Italiana.
Gianfranco Baruchello (1924-2023) vivió y trabajó entre Roma y París. Sus investigaciones eran transversales: pintura, objetos, escultura, cine, escritura e instalación. Tras una exposición colectiva en Nueva York en 1962 (Sidney Janis Gallery), expuso en Roma (La Tartaruga, 1963) y Nueva York (Cordier & Ekstrom, 1964). En la década de 1960 experimentó con el plexiglás y el aluminio; en 1968 fundó la ficticia Artiflex. En la década de 1970 fundó Agricola Cornelia S.p.A., vinculando arte y agricultura; en los noventa diseñó Il Giardino e Il Bosco. En 1998 creó la Fundación Baruchello con Carla Subrizi. Ha expuesto en los principales museos internacionales, con retrospectivas en Roma, Hamburgo, Karlsruhe, Milán, Londres, Niza y Rovereto.
Binta Diaw (Milán, 1995) es una artista italo-senegalesa. Se formó en Brera y Grenoble. Investiga temas relacionados con la migración, la identidad y el cuerpo femenino negro. Trabaja con materiales naturales como pelo, tierra, semillas y tejidos. Ha expuesto en la Bienal de Gwangju, Manifesta 15, MAXXI (Premio Bvlgari), Bienal de Liverpool, La Casa Encendida, Reiffers Art Initiatives, Bienal de Berlín y Savvy Contemporary, entre otras.
Gina Fischli (Zúrich, 1989) vive y trabaja en su ciudad natal. Estudió en Hamburgo y en la Royal Academy de Londres. A partir de la escenografía, crea esculturas e instalaciones que transforman objetos cotidianos en figuras poéticas y ambiguas. Ha expuesto individualmente en Ginebra, Zúrich y Essen, y ha participado en exposiciones colectivas en Aspen, Londres, Riga, Basilea, Friburgo y Ginebra.
Pauline Julier (Ginebra, 1985) es artista y cineasta. Estudió Ciencias Políticas y Fotografía, y participó en el programa Arte y Política dirigido por Bruno Latour. Combina arte y ciencia para reflexionar sobre la relación entre el ser humano y la naturaleza. Ha ganado dos Swiss Art Awards y participado en Critical Zone (ZKM). En 2024 expuso en la Aargauer Kunsthaus y está trabajando en su primer largometraje.
Oz Oderbolz (Lucerna, 1988) trabaja entre la instalación, la performance, la escultura y el comisariado. Con un enfoque queer e interseccional, reelabora símbolos patriarcales y nacionalistas. Estudió teatro físico y artes visuales en Zúrich. Recibió el Werkbeitrag del Cantón de Zúrich. Exposiciones recientes: Kunstmuseum Luzern, Last Tango, Basel Social Club, Rote Fabrik y Coalmine.
Sergio Rojas Chaves (Venezuela, 1992) es artista y activista, formado en arquitectura y desarrollo comunitario. Trabaja con plantas y animales, proponiendo una estética afectiva y no antropocéntrica. Ha expuesto en Stadtgalerie Bern, Salon ACME (México), MAI (Riad), Kunsthaus Baselland, MADC (San José) y otros espacios internacionales.
![]() |
El Instituto Suizo de Roma investiga la explotación de los recursos naturales en una exposición |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.