Precio récord para un dibujo inacabado a pluma y tinta negra que representa el Salvator Mundi y que se cree que procede del taller de Leonardo da Vinci: se vendió en una subasta de pinturas antiguas de Dorotheum el 29 de abril de 2025 por la notable suma de 650.000 euros.
La obra, recientemente descubierta y fechada en 1504, fue atribuida por Cristina Geddo, tras examinar el cuadro original, a Fernando Llanos, artista español colaborador del taller de Leonardo, documentado en 1505 como “Ferrando español”, según consta en el texto que acompaña al lote. Dos pagos realizados el 30 de abril y el 30 de agosto de 1505 atestiguan que el pintor colaboró con Leonardo en la pintura mural perdida de la Batalla de Anghiari para la Sala del Maggior Consiglio del Palazzo Vecchio de Florencia. La inscripción en el reverso del dibujo “LA DA V / 1504” subrayaría, según el texto, la conexión de esta obra con el periodo florentino de Leonardo (1500-1506), y LA en lugar de una simple L se entendería probablemente como una forma de evitar la interpretación errónea del monograma como “L[EONARDO] DA V[INCI]” en lugar de “LA[NOS] DA V[ALENCIA]”. Sin embargo, sigue existiendo cierta ambigüedad, tal vez intencionada. El monograma y la fecha pueden haber sido añadidos por el propio Llanos o por otro miembro del taller.
El Salvator Mundi, fechado en 1504, refleja, según leemos en el texto que acompaña al lote, “las influencias estilísticas de Llanos, que pueden dividirse en cuatro componentes principales: su herencia artística española, la influencia de la cultura renacentista toscana, un eco de Durero y la evidente influencia de Leonardo”. En concreto, la influencia de Leonardo “es evidente en tres elementos, que también están presentes en el famoso Salvator Mundi del maestro, que se vendió en una subasta en Nueva York en 2017: la mirada penetrante, que actúa como punto focal de la composición; los huecos orbitales sombreados alrededor de los ojos, que acentúan su intensidad; y el tratamiento del cabello alborotado, que se mueve en espiral en un movimiento similar a las corrientes de agua, una comparación mencionada explícitamente en los propios escritos de Leonardo”. El Tratado de pintura de Leonardo, recopilado póstumamente a partir de sus cuadernos por Francesco Melzi, compara el cabello con las corrientes de agua: observa que ambos siguen patrones de flujo naturales, formando espirales y ondas, subrayando la importancia de representar el cabello en movimiento fluido y dinámico en el arte".
“Como una de las raras obras inacabadas del taller de Leonardo”, se lee, "el presente Salvator Mundi es significativo. La ejecución de la obra parece haberse interrumpido en la fase preparatoria del dibujo en claroscuro, incluyendo el dibujo básico y el modelado, sin la aplicación final de pigmentos coloreados.“ ”No está claro por qué“, prosigue, ”el artista dejó este cuadro inacabado. Tal vez fuera una obra experimental. En cualquier caso, las revisiones y repeticiones son evidentes en las zonas retocadas, sobre todo alrededor de la punta de la nariz, la barba, la barbilla y el pelo. Las correcciones y retoques sugieren un proceso creativo no lineal. Las pinceladas oscuras, intensas y pesadas utilizadas para las correcciones y el modelado, particularmente visibles en los rizos del cabello, podrían incluso pertenecer a otra mano, ¿quizás la del propio Leonardo? Algunos mechones de la presente composición parecen tener una libertad de ejecución que puede interpretarse como propia de Leonardo y no de su ayudante“. ”El estado incompleto del presente cuadro“, se especifica, ”permite analizar los métodos de ejecución e invita a establecer estimulantes comparaciones con los dos famosos cuadros inacabados de Leonardo, La adoración de los Magos (Uffizi, Florencia, inv. 1890 nº 1594) y San Jerónimo (Pinacoteca Vaticana, Roma, inv. nº 40337), interrumpidos ambos en una fase más avanzada de su realización.
El informe técnico también especifica que esta obra “puede definirse técnicamente como tinta al carboncillo sobre tabla preparada” y que la tabla “se encuentra en su fase inicial de preparación, mostrando el dibujo debajo”. El dibujo preciso, trazado con pincel fino, está a la vez perfilado y sombreado para indicar las sombras más grandes. A este dibujo le sigue una segunda fase gráfica, que colorea las sombras con la misma tinta, pero más diluida, como si el pintor quisiera conseguir el resultado final deseado para el claroscuro, y esto es visible en los pliegues de la túnica y el rostro".
A continuación se señala que las letras de lainscripción, en particular la forma curvada de la V y la ligadura LA, son “coherentes con las de una mano de principios del siglo XVI, sin embargo, las dos letras A pueden haber sido reforzadas o añadidas por una segunda mano. La primera letra A está muy difuminada en la ligadura con la letra L. La técnica es coherente con la práctica pictórica de los siglos XV-XVI”.
La información sobre Fernando Llanos es bastante escasa. Se cree que nació en Valencia, ciudad en la que probablemente se formó y a la que regresó para establecerse y trabajar en 1506. En el momento de su colaboración con Leonardo da Vinci, en 1505, Llanos debía de tener entre 25 y 30 años.
Después de que Leonardo abandonara el encargo que recibió de la Signoria para la Batalla de Anghiari y se marchara a Milán, se supone que Llanos regresó a Valencia. Sin embargo, la identificación de su trayectoria biográfica se complica por la presencia de dos pintores españoles, ambos llamados Fernando e influidos por el estilo de Leonardo, documentados en Valencia a partir de 1506. Las afinidades estilísticas y la colaboración profesional entre ambos han alimentado un acalorado debate entre los estudiosos sobre la verdadera identidad del ayudante de Leonardo.
Ambos Fernandos, por ejemplo, parecen haber trabajado juntos en el Retablo Mayor de la Catedral de Valencia, que representa escenas de la vida de Cristo y la Virgen María. Algunos estudiosos lo han identificado como Fernando Llanos, mientras que otros se inclinan por Fernando Yáñez de la Almedina.
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Un dibujo atribuido al taller de Leonardo da Vinci vendido en Dorotheum por un récord de 650.000 euros |
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