Tras décadas de ausencia, la Libertad, obra en mármol de Vincenzo Vela (Ligornetto, 1820 - Mendrisio, 1891) volvió ayer 14 de agosto por la mañana a ocupar el lugar al que había sido destinada originalmente, dentro de la Cripta del Famedio del Cementerio Monumental de Milán. La escultura, colocada en la Cascina Conigo de Noviglio tras la guerra, regresó a la ciudad gracias a una donación de la familia Médicis de Marignano. La obra, una de las obras maestras del arte funerario del siglo XIX y vinculada a un importante capítulo del Risorgimento, vuelve así a formar parte integrante del patrimonio artístico e histórico de la capital lombarda.
La estatua fue realizada en 1872 por Vincenzo Vela. Formado en la Academia de Bellas Artes de Brera desde 1835, Vela desarrolló una intensa actividad en Milán, tanto como retratista como escultor funerario, trabajando para las principales familias aristocráticas. Artista de gran compromiso cívico, siempre se mantuvo fiel a los ideales de libertad y justicia social, valores que también son evidentes en esta obra.
En el siglo XIX, el arte funerario era un sector importante para los escultores, que les ofrecía la oportunidad de crear bustos, relieves y monumentos complejos. La Libertad se inscribe plenamente en esta tradición y es un ejemplo significativo de la capacidad de Vela para combinar rigor formal y fuerza simbólica. Además, la obra es especialmente conocida gracias al boceto en yeso conservado en el Museo Vincenzo Vela de Ligornetto, testimonio del proceso creativo.
La escultura representa una figura femenina arrodillada con una larga cabellera ondulada que le cae sobre los hombros. La mujer desenrolla un pergamino hacia el espectador, mientras que una faja que sujeta su vestido drapeado lleva una inscripción con el título de la obra. La base sobre la que se apoya tiene a sus lados dos bajorrelieves que representan a los hermanos Giacomo y Filippo Ciani, a quienes se dedicó la obra. Patriotas italianos activos durante las revueltas del Risorgimento, los Ciani vivieron largas temporadas en Ginebra, donde conocieron a Giuseppe Mazzini, y en Londres, antes de instalarse en el Cantón del Tesino a finales de la década de 1820. Ambos fueron enterrados inicialmente en el Cementerio Monumental de Milán.
Tras haber permanecido durante años en la Cascina Conigo, propiedad de los hermanos Ciani, la estatua ha vuelto a su emplazamiento original. Para su colocación en la Cripta del Famedio se adoptó la llamada "técnica del hielo", un procedimiento de ingeniería que consiste en utilizar bloques de hielo como soporte provisional, lo que permite mover y colocar con precisión elementos especialmente pesados.
La decisión de devolver la obra al Monumentale responde a un deseo preciso de devolver a la ciudad un pedazo de su memoria histórica y artística. El retorno de la Libertad no es sólo una operación de valorización del patrimonio escultórico milanés, sino también un acto de reconexión con el Risorgimento y los valores cívicos encarnados tanto por los hermanos Ciani como por el autor de la obra.
En los próximos meses, el Ayuntamiento de Milán iniciará un proyecto de restauración, encomendado a la Escuela de Restauración de la Academia de Brera. La operación permitirá preservar la integridad material de la escultura y garantizar su correcta conservación para el futuro. El regreso de la estatua ha sido posible gracias a la generosidad de la familia Médicis de Marignano, cuyo gesto ha permitido superar las dificultades logísticas y organizativas del traslado. En la operación participaron restauradores, técnicos e ingenieros, que se ocuparon de que la estatua fuera transportada con seguridad y recolocada con la máxima precisión.
Ahora la Libertad puede ser admirada de nuevo por los visitantes del Cementerio Monumental, colocada en un contexto que realza su valor histórico y simbólico. El regreso de la obra a la Cripta del Famedio representa no sólo una recuperación artística, sino también un momento de reflexión sobre la historia de la ciudad y el vínculo entre arte y memoria civil.
“Hoy devolvemos a la ciudad de Milán una obra de gran valor artístico y simbólico”, afirma la concejala de Servicios Cívicos , Gaia Romani. “Una figura femenina que encarna, con su mirada orgullosa, los valores de la libertad, la lucha por la independencia y la justicia social. El patrimonio de lo que todos reconocen como un verdadero museo al aire libre se enriquece aún más gracias a la generosidad de ciudadanos particulares, a quienes la Administración expresa su agradecimiento. Esta intervención forma parte de la puesta en valor de un lugar verdaderamente único, en el que nos comprometemos a aunar dos dimensiones, la dimensión privada del recuerdo y la dimensión pública de la memoria histórica”.
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Tras décadas de ausencia, la Libertad de Vincenzo Vela regresa al Cementerio Monumental de Milán |
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