Iconografía de un santo. San Jerónimo de Caravaggio en Milán


Reseña de la exposición 'Caravaggio. San Girolamo scrivente' en Milán, Pinacoteca Ambrosiana, del 9 de noviembre de 2016 al 12 de marzo de 2017.

Sólo quedan unos días para visitar la exposición de la Pinacoteca Ambrosiana de Milán, prorrogada hasta el 12 de marzo. Una obra maestra del último Caravaggio romano, el San Jerónimo escrito, sustituye temporalmente a la Cesta de frutas prestada a la Galleria Borghese. A su alrededor, una serie de dibujos testimonian la fortuna iconográfica del santo a lo largo de tres siglos.

Un intercambio temporal tan simbólico como singular de las obras maestras de Caravaggio, a distancia de espacio y tiempo (Roma y Milán después de cuatro siglos), entre dos cardenales también muy diferentes en personalidad - diversidad sobre la que triunfa, en su unidad, la grandeza espiritual del arte de Caravaggio, como escribe Anna Coliva para la ocasión. Mientras que la Cesta de frutas, que perteneció a Federico Borromeo, pasó de la Pinacoteca Ambrosiana a la Galleria Borghese para una exposición sobre naturalezas muertas, desde aquí el San Jerónimo escrito, que perteneció a Scipione Borghese, hizo el viaje inverso para convertirse en el eje de una exposición sobre la iconografía del santo Doctor de la Iglesia. Sobria -en consonancia con la vida de asceta y erudito de Jerónimo-, probablemente menos conocida que los acontecimientos caravaggiescos recientes o concomitantes (como Alrededor de Caravaggio en Brera y Artemisia Gentileschi y su estancia en Roma), pero de cierto interés y no sólo más trivial por la llegada de un Merisi a la ciudad.



La escritura de San Jerónimo de Caravaggio
El San Jerónimo escribiendo de Caravaggio es otra de sus poderosas invenciones, capaz como siempre fue de renovar, al tiempo que simplificaba, las iconografías establecidas. Original es aquí el formato y la concepción espacial, todos horizontales, con los dos puntos de apoyo de la composición constituidos por la cabeza del santo y la calavera, en un mudo diálogo entre ellas. El cuadro, basado en una paleta esencial en la que el rojo de la túnica predomina sobre los demás tonos más neutros o apagados, es aún menos convencional que la ya admirable versión de Montserrat y en muchos sentidos considerado su “clon”. Ambas están fechadas entre mayo de 1605 y mayo de 1606, es decir, el último año de la gloriosa estancia del pintor en Roma, que terminó desastrosamente con la herida mortal de uno de sus rivales, lo que le costó la fuga de la Urbe y el inicio de una etapa artística no obstante fecunda y estilísticamente diferente. Además, pintó otro San Jerónimo muy diferente en Malta, mientras que al menos un par de versiones más, en Nápoles y Mesina, están registradas en las fuentes, pero aún no han sido localizadas.

Caravaggio, San Girolamo scrivente
Caravaggio, San Jerónimo escribiendo (1605-1606; óleo sobre lienzo, 112 x 157 cm; Roma, Galleria Borghese)

Los dibujos de los siglos XVI-XVII
El santo eremita retratado por el maestro está acompañado de temas similares realizados en diversas épocas, que atestiguan la fortuna crítica y devocional del tema y ejemplifican ante el visitante las diferentes opciones interpretativas del mismo, acompañadas diversamente de los atributos tradicionales. Estos otros objetos expuestos pertenecen todos a la institución Ambrosiana, a la Biblioteca en particular, lo que revaloriza su patrimonio de coleccionista menos conocido, ya que se trata de dibujos, todos ellos por descubrir y, en algunos casos, revalorizar, en los casos en que aquí se cuestiona su autografía tradicional. Dibujos, ocho en total, de maestros más o menos célebres, de Alberto Durero a Isidoro Bianchi, de Giacomo Zoboli a Donato Creti pasando por Giuseppe Nuvolone. Otros, aún en busca de identidad, pertenecen a áreas de cierta importancia como las de Giulio Romano y Guercino.

Albrecht Dürer, San Girolamo nello studio
Alberto Durero, San Jerónimo en su estudio (1511; pluma (matriz), 19,4 x 15,1 cm; Milán, Biblioteca Ambrosiana)


Isidoro Bianchi, San Gregorio e san Girolamo
Isidoro Bianchi, San Gregorio y San Jerónimo (segunda década del siglo XVII; pluma, tinta acuarelada, mina blanca y lápiz negro sobre papel azul, 39 x 46,6 cm; Milán, Biblioteca Ambrosiana)


Giuseppe Nuvolone, San Girolamo
Giuseppe Nuvolone, San Jer ónimo (c. 1681; lápiz negro y tiza blanca sobre papel gris verdoso, 30,6 x 20 cm; Milán, Biblioteca Ambrosiana)


Ambito di Giulio Romano, San Girolamo traduce la Bibbia
Ambito di Giulio Romano, San Jerónimo traduciendo la Biblia (Primera mitad del siglo XVI e intervención posterior; pluma, tinta acuarelada, mina blanca y lápiz negro (contra fondo), 27,4 x 22 cm; Milán, Biblioteca Ambrosiana)

La exposición va acompañada de un sucinto catálogo publicado por Nomos, con contribuciones de Maria Teresa Fiorio, Marco Navoni y Benedetta Spadaccini, entre otros, que también incluye tres pinturas sobre el mismo tema y procedentes del mismo museo. Es posible visitar la exposición, que se concentra en la Sala Federiciana que cierra el recorrido de la Pinacoteca, por separado con una entrada reducida, o por supuesto como parte del recorrido normal de esta última.


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