El Parque Arqueológico de Pompeya participa en la restauración de una ciudad de Arabia Saudí abandonada en los años ochenta. La intervención forma parte del acuerdo de cooperación entre Pompeya y la Comisión Real para AlUla.
Un equipo de arqueólogos, restauradores, arquitectos e ingenieros del Parque Arqueológico se encuentra de hecho en al-Dirah, o Ciudad Vieja, un asentamiento que forma parte de la reserva cultural de AlUla habitada hasta principios de los años ochenta. El equipo, coordinado por el director del Parque Arqueológico de Pompeya , Gabriel Zuchtriegel, está contribuyendo a la exploración, prospección, restauración y puesta en valor de varias zonas de la ciudad que conservan testimonios de modos de vida tradicionales casi desaparecidos por el rápido proceso de modernización.
LaCiudad Vieja se encuentra en el borde del oasis de AlUla: fue fundada en la época medieval, aunque los edificios actualmente visibles no tienen más de trescientos años. Privada en gran medida de servicios esenciales como agua y electricidad, la ciudad empezó a vaciarse gradualmente a partir de los años cincuenta, cuando muchos habitantes decidieron trasladarse a viviendas más modernas. Hoy en día quedan unas mil casas, a menudo todavía amuebladas y con objetos cotidianos en su lugar, que son un importante testimonio de un modo de vida tradicional en un entorno como el de un oasis en el desierto de Arabia occidental, pero también de las conexiones que unían este lugar a un mundo en vías de globalización.
El equipo de Pompeya colabora con especialistas de la Comisión Real de AlUla, organismo gubernamental responsable de la protección y valorización del patrimonio cultural del oasis y sus alrededores. Tras la visita de una delegación saudí a Pompeya y un intercambio de experiencias celebrado en AlUla en octubre de 2025, la fase actual de la colaboración está adquiriendo un carácter más concreto y operativo. Las intervenciones del equipo de Pompeya afectan a una treintena de viviendas tradicionales, muchas de las cuales presentan pinturas murales a menudo comprometidas por la ausencia de techado y mantenimiento, así como a un hammam situado en las afueras del asentamiento y a una mezquita que fue objeto de recientes excavaciones arqueológicas.
“Vimos piedras con inscripciones procedentes del yacimiento de la Edad de Hierro de Dedan, situado en las cercanías, que datan del primer milenio a.C., pero también latas que contenían mantequilla clarificada, con etiquetas en inglés y árabe, importadas de los Países Bajos hacia mediados del siglo XX”, explicó el director Zuchtriegel. “Las características pinturas murales, que solían realizarse cuando una pareja de casados se mudaba a su nuevo hogar compartido, en algún momento empiezan a mostrar coches junto a símbolos tradicionales como el árbol de la vida, y los coches pueden datarse en diferentes periodos en función de su diseño”. Zuchtriegel también afirmó que “la Ciudad Vieja es un lugar de extraordinaria riqueza cultural, un lugar de memoria. Es una especie de Pompeya del desierto árabe. Al mismo tiempo, es un sitio extenso, articulado y muy frágil. Por eso pensamos que Pompeya puede contribuir a su protección y mejora, porque tenemos una larga experiencia en afrontar retos similares. Nos sentimos muy honrados de que, en el marco de un acuerdo mutuo firmado en enero de 2025, se haya otorgado a Pompeya un papel estratégico en el desarrollo operativo de la Ciudad Vieja. El hecho de que algunas de las personas que crecieron y vivieron aquí sigan vivas y puedan contar sus historias añade más valor a este sitio tan especial”.
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| Un equipo de arqueólogos pompeyanos restaura una ciudad saudí abandonada en los años ochenta |
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