El Museo Británico enfada a Grecia: "escandalosa gala entre los mármoles del Partenón


Nueva tormenta sobre el Museo Británico: Grecia condena la cena de gala celebrada en la Sala de Mármol del Partenón, calificándola de "ofensiva" y contraria a la ética museística. Críticas también de activistas climáticos.

Han surgido nuevas tensiones entre Grecia y el Museo Británico de Londres después de que la institución londinense organizara una fastuosa cena de gala en la sala que alberga los famosos mármoles del Partenón. El evento, denominado “Baile Rosa”, se celebró el pasado 18 de octubre en el espacio donde se guardan los mármoles griegos, pero también en otros espacios (como, por ejemplo, la sala de arte budista), y fue calificado por el Ministerio de Cultura griego de “ofensivo” y peligroso para la integridad de las obras expuestas. La condena se produce poco más de un año después del nombramiento de Nicholas Cullinan como director del museo, una figura que había expresado su intención de establecer una relación de colaboración y duradera con el gobierno griego respecto al futuro de los Mármoles.

A la velada, cuyas entradas costaban 2.000 libras cada una, asistieron unos 800 invitados, entre ellos celebridades de la talla de Mick Jagger, Naomi Campbell, Miuccia Prada, Alexa Chung, Tracey Emin y el jeque Al-Mayassa Al Thani de Qatar. Organizada por el propio Cullinan junto con Isha Ambani, mecenas del arte e hija del hombre más rico de Asia, la cena pretendía generar nuevas fuentes de financiación para el museo, en un contexto de recortes cada vez mayores de la financiación pública de las instituciones culturales británicas. “El Museo Británico acogerá su baile inaugural este otoño”, había anunciado el museo la víspera del evento. Este histórico acontecimiento anual celebrará el estatus de Londres como una de las principales capitales culturales del mundo y establecerá un nuevo hito en el calendario social internacional“. Presidido por la mecenas y empresaria Isha Ambani, junto con el director, Nicholas Cullinan, y miembros del Patronato del Museo Británico, el British Museum Ball promete ser uno de los nuevos acontecimientos más prestigiosos de la temporada cultural londinense”.

Museo Británico, Bola Rosa. Foto: Museo Británico
British Museum, Baile Rosa. Foto: British Museum
Museo Británico, Bola Rosa. Foto: Museo Británico
Museo Británico, Pink Ball. Foto: British Museum
Museo Británico, Bola Rosa. Foto: Museo Británico
Museo Británico, Pink Ball. Foto: British Museum

Pero la iniciativa, inspirada en la famosa Gala Met de Nueva York, provocó reacciones negativas desde varios frentes. En respuesta a una pregunta de la prensa, la ministra griega de Cultura, Lina Mendoni, reiteró la postura oficial de su ministerio: “El Ministerio de Cultura ha condenado, en repetidas ocasiones y a lo largo del tiempo, las cenas, recepciones y desfiles de moda organizados en espacios museísticos donde se exponen monumentos y obras de arte. Tales acciones son ofensivas para el patrimonio cultural y ponen en peligro las propias obras. Esto es exactamente lo que hizo el pasado sábado la administración del Museo Británico, que volvió a utilizar las esculturas del Partenón como elementos decorativos para la cena que organizó. La seguridad, la integridad y la ética de los monumentos deberían ser la principal preocupación del Museo Británico, que una vez más demuestra una provocadora indiferencia”.

Las críticas no son nuevas: ya en febrero de 2024, el museo había suscitado polémica al permitir que la casa de moda británica Erdem presentara su colección otoño/invierno justo delante de los mármoles del Partenón. En aquella ocasión, Mendoni había acusado al museo de mostrar “cero respeto por las obras maestras de Fidias”, comentando las imágenes de modelos desfilando delante de las esculturas.

Esta vez, sin embargo, la protesta no se limitó al ámbito diplomático. El Baile Rosa también atrajo la atención de los activistas climáticos, que desafiaron públicamente al museo por su asociación de diez años con British Petroleum (BP), renovada en 2023 por un valor total de 50 millones de libras. Durante un discurso del presidente del consejo de administración, George Osborne (ex ministro de Economía británico y figura central de las políticas de austeridad del país), un activista subió al escenario con una pancarta en la que se leía “Drop BP now” (Abandonen BP ya), exigiendo el cese inmediato de la relación entre el museo y la petrolera.

Museo Británico, Bola Rosa. Foto: Museo Británico
British Museum, Baile Rosa. Foto: British Museum
Museo Británico, Bola Rosa. Foto: Museo Británico
Museo Británico, Pink Ball. Foto: British Museum
Museo Británico, Bola Rosa. Foto: Museo Británico
Museo Británico, Pink Ball. Foto: British Museum

Sin embargo, a pesar de la polémica, la velada parece haber alcanzado su objetivo financiero: las entradas vendidas para el Pink Ball permitieron al museo recaudar alrededor de 1,6 millones de libras, cifra que aumentará gracias a una subasta silenciosa y a nuevas donaciones. Parte de los fondos recaudados se destinarán a las asociaciones internacionales del Museo Británico, que incluyen la presentación de valiosas obras en nuevas sedes museísticas de todo el mundo.

El episodio aviva aún más el debate sobre cómo las instituciones culturales, presionadas por los continuos recortes públicos, buscan fuentes alternativas de financiación. En este contexto, sin embargo, también se reaviva el nudo diplomático entre el Reino Unido y Grecia por la cuestión de los mármoles del Partenón, cuya devolución sigue exigiendo Atenas. La decisión del Museo Británico de utilizar la misma sala que alberga estos objetos para un acto social fue percibida por el gobierno griego como una provocación adicional, que dificulta aún más la posibilidad de futuros acuerdos.

El Museo Británico enfada a Grecia:
El Museo Británico enfada a Grecia: "escandalosa gala entre los mármoles del Partenón


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