Trabajo en la cultura devastada por Covid. Estas son las cifras publicadas por Mi Riconosci


Un panorama sombrío y dramático es el que Mi Riconosci ha pintado del trabajo cultural durante la pandemia: muchos han perdido su empleo y la mayoría de los trabajadores consideran insuficientes las subvenciones. He aquí el daño que la pandemia ha hecho al trabajo cultural.

Covid-19 ha devastado el trabajo en el patrimonio cultural. Son cifras alarmantes publicadas por la asociación Mi Riconosci? profesional del patrimonio cultural que, en marzo de 2021, realizó una encuesta a una muestra de 1.798 trabajadores culturales para conocer cómo ha cambiado el trabajo en el sector durante la pandemia. Y lo que se desprende, según la asociación, es un panorama nítido y dramático: de hecho, hay un gran porcentaje de trabajadores del sector que no reciben subsidios (a pesar de la promesa del Ministro de Cultura , Dario Franceschini, en mayo, de que nadie se quedaría atrás), otros que a menudo reciben ayudas insuficientes, y muchas realidades que temen cerrar. Y de nuevo, tanto la formación como la búsqueda de empleo se han visto obstaculizadas por la gestión de la pandemia.

“Frente a estos datos, impactantes no por su sustancia sino por las proporciones de frustración y desesperación que afloran”, explican desde Mi Riconosci, “la retórica de las subvenciones y ayudas no es suficiente, y no sólo porque éstas no han llegado a miles de personas durante un año, sino porque el sector necesita una perspectiva seria”. Los activistas de la asociación hicieron saber en la rueda de prensa de presentación de los datos que Mi Riconosci se asegurará de que los datos entren en el debate público: “la idea es dar a estas cifras la mayor resonancia posible, contar las historias cotidianas de los trabajadores del sector que han sido silenciadas durante demasiados años. También intentaremos hablar con parlamentarios y, más en general, introducir los datos en el debate político: organizaremos entonces muchos otros momentos, veremos si podemos preparar un dossier más detallado, y esperamos poder volver, más adelante, a celebrar ruedas de prensa y momentos de debate en presencia”.

Datos sobre el trabajo en cultura durante Covid-19

La encuesta se realizó mediante un cuestionario enviado a los trabajadores: se recibieron 1.798 respuestas, como ya se ha mencionado. El 9,3% de los encuestados tenía entre 19 y 24 años, el 30,6% entre 25 y 30 años, el 21,7% entre 31 y 35 años, el 13% entre 36 y 40 años, el 8,9% entre 41 y 45 años, el 5,5% entre 46 y 50 años, el 5,2% entre 51 y 55 años, el 3,7% entre 56 y 60 años y el 2,1% entre 61 y 65 años. De los entrevistados, más del 70% ya tenía un trabajo antes de la pandemia (el 30% restante son los que están buscando trabajo o los que están estudiando): de estos últimos, sin embargo, sólo el 30,7% conservó el trabajo que tenía antes de la pandemia exactamente igual que antes. De hecho, el 19,8% lo conservó parcialmente, el 23,1% de forma intermitente y el 26,5% lo perdió.

De los que trabajaban, el 32,5% lo hacía en parte de forma presencial, en parte con subsidios; el 30,2% en parte presencial, en parte en smartworking; el 17,2% de forma presencial; el 8,7% no trabajaba y recibía subsidios, el 6,6% trabajaba sólo en smartworking, el 4,7% en parte en smartworking y en parte con subsidios. Es interesante señalar que más de la mitad de los que han trabajado en smartworking han trabajado más de lo que deberían: el 56,2%, de hecho, afirma que considera que la remuneración no se corresponde con las horas trabajadas (el 23,7% ha trabajado en smartworking por la remuneración recibida, y también hay un 20,1% que admite haber trabajado menos). Hay que decir, sin embargo, que el 42,3% confía y cree que después de Covid volverá a sus actividades laborales plenas: pero también hay un 29,7% que cree que volverá a sus actividades anteriores, pero con una reducción del número de horas, un 11,4% que espera que se acabe su empleo y un 16,6% que teme perder su puesto de trabajo cuando se produzcan los despidos. La sombría situación también se refleja en el hecho de que, para el 35,7% de los encuestados, sus empleos en el sector del patrimonio cultural no son suficientes para vivir, mientras que para el 31,1% apenas lo son.

En cuanto a las prestaciones percibidas por los que conservan su empleo, sólo el 4,1% se consideran satisfechos en una escala de 0 a 10. La gran mayoría (67,2%) considera que las prestaciones son insuficientes (con un 20,2% que vota cero y un 13,9% que vota 5). Los que perdieron su empleo en el 47,2% de los casos no recibieron subsid ios (el 24,5% de los que se encontraron en paro sí los recibieron). El 17,7% encontró trabajo en otro sector, mientras que el 4,6% encontró trabajo en el mismo sector pero en peores condiciones (afortunadamente también hay un 6% que encontró trabajo en el sector cultural, y en mejores condiciones). La insatisfacción con las prestaciones aumentó entre quienes habían perdido su empleo: el 79,5% las consideró insuficientes (y el 38,7% las calificó de cero en una escala de satisfacción de 0 a 10). La encuesta también analizó a los demandantes de empleo (el 79,4% tenía al menos un título universitario): de ellos, el 40,4% buscó trabajo pero no lo encontró, el 33,6% ni siquiera lo buscó, el 12,2% lo encontró en otro sector y sólo el 13,8% encontró trabajo en el sector cultural. En cuanto a los que sí encontraron trabajo, en el 69,5% de los casos no era suficiente para vivir (sólo fue suficiente en el 7,4% de los casos).

Por último, existe un cauto optimismo sobre la recuperación: el 37% ve posibilidades de futuro para el patrimonio cultural, pero sólo con una reforma estructural del sector, mientras que para el 41,9% el futuro es sombrío (seguiremos sobreviviendo a duras penas). Sólo el 0,9% cree que vamos por buen camino, mientras que el 20,3% no ve perspectivas.

Las historias de los trabajadores

Mi Riconosci también recogió algunas historias de mujeres y hombres profesionales del patrimonio cultural. Un trabajador de una empresa concesionaria de servicios externos en un museo relató que lleva décadas de baja prolongada: “la empresa no previó el expediente de regulación de empleo y cuando fue posible llevamos un año trabajando muy pocas horas al mes, sin vales de comida, sin recargos por domingos y festivos, y la paga complementaria está tasada y es insuficiente para mantener a una familia, además los míseros cheques del Instituto de la Seguridad Social siempre llegan con al menos tres o cuatro meses de retraso”. La persona reclama lainternalización en las filas ministeriales.

Y de nuevo, un guía turístico de Turín informa de que ha perdido el 80% de su trabajo, sin saber cuándo podrá reanudarlo a pleno rendimiento; “Afortunadamente”, dice, “colaboro con una cooperativa que atiende principalmente al público local, así que cuando es posible llevarlas a cabo, puedo hacer algunas visitas guiadas en persona”. Evidentemente, las escuelas ni hablar, y es casi imposible visitar museos con grupos, tanto por las restricciones de número como por los métodos de acceso (a menudo se exige el pago por adelantado, pero si se trabaja con ventas provisionales este sistema es poco práctico, o los costes de reserva son demasiado elevados para grupos pequeños)".

He aquí lo que informó un educador de museo que trabaja con un número de IVA: “Trabajo en una ciudad de provincias, por lo tanto con museos pequeños y medianos. Como autónoma, intento integrarme con otras actividades, siempre relacionadas con el mundo de la cultura y la educación, pero los resultados son muy pobres. Con la pandemia, me he encontrado sin poder hacer educación en museos desde julio de 2020, sin recibir ningún reembolso por actividades ya programadas pero luego canceladas por el cierre. Incluso con las diversas zonas amarillas y naranjas, y por tanto con museos abiertos al público, las actividades nunca se reanudaron debido al riesgo de tener que cancelar eventos. También preveo una enorme reducción de las posibilidades de trabajo en 2021”.

Por último, el relato del director de un pequeño museo: “He recibido en dos ocasiones 600 euros en concepto de IVA como director de un pequeño museo que abría a tiempo parcial y se financiaba con cargo al presupuesto municipal, mientras que en mi trabajo complementario relacionado con el turismo tenía pérdidas de alrededor del 70%. El acuerdo con el museo ha expirado y el museo está cerrado; creo que el ayuntamiento no tiene fondos para reabrirlo. Sólo cabe esperar que el turismo se reanude en este 2022”.

Trabajo en la cultura devastada por Covid. Estas son las cifras publicadas por Mi Riconosci
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