Vicopisano, el ayuntamiento no comprará la Torre Upezzinghi: futuro para los propietarios privados


La Torre Upezzinghi, también conocida como Torre Caprona, símbolo de los montes Pisanos, mencionada por Dante, está en venta y el Ayuntamiento de Vicopisano ha decidido no ejercer su derecho de tanteo: está previsto un acuerdo con particulares para garantizar la seguridad, recuperación y puesta en valor del lugar.

La venta de la Torre Caprona, también conocida como Torre Upezzinghi, una construcción del siglo XIX que reproduce la torre del antiguo castillo medieval que se alzaba sobre el espolón rocoso que domina la llanura pisana y es uno de los símbolos históricos del territorio, está dando mucho que hablar estos días en Vicopisano (Pisa). Su fama está ligada no sólo a su valor arquitectónico y paisajístico, sino también a su atractivo literario: Dante, de hecho, lo cita en la Divina Comedia, recordando la acción militar de 1289 en la que participó el propio poeta.

La torre, que se encuentra bajo restricción cultural debido a su importancia histórica y paisajística, pasó a formar parte de un traspaso de propiedad que también incluye las canteras en desuso de las inmediaciones. La histórica familia propietaria, la familia Conforti, vendió la zona a la empresa “Vico ambiente” srl, que opera en los campos de la recuperación de canteras, el procesamiento de áridos y la gestión de residuos industriales. La escritura de venta, estipulada a principios de junio, ha iniciado el procedimiento exigido por la normativa para la propiedad restringida: desde el momento de la comunicación a la Superintendencia, el Ministerio, la Región y el Ayuntamiento de Vicopisano, los organismos públicos disponen de hecho de sesenta días para ejercer su derecho de tanteo. El precio acordado es de 99.000 euros.

Torre Upezzinghi. Foto: Wikimedia/Pamyd85
Torre Upezzinghi. Foto: Wikimedia/Pamyd85

El Ayuntamiento de Vicopisano debatió el asunto en el consejo municipal del 13 de agosto, a instancias del grupo minoritario “Vicopisano del cambiamento”, liderado por el concejal Roberto Orsolini. La petición consistía en evaluar la oportunidad de ejercer el derecho de tanteo, también a la luz del valor simbólico de la propiedad. La administración, sin embargo, optó por no proceder. En la nota difundida por la lista cívica mayoritaria “Vicopisano in Cammino”, se afirma que “en primer lugar, no se conocen en detalle los costes; asegurarlo y recuperarlo habría requerido demasiados recursos, también para el futuro de las arcas municipales. La compra habría sido irresponsable, dada la escasez de tiempo y la complejidad de las evaluaciones necesarias”. El alcalde Matteo Ferrucci añadió que "el Ayuntamiento de Vicopisano ya cuenta con un amplio patrimonio histórico (67 inmuebles entre públicos y privados) y ya hemos recuperado numerosas torres. Además, con unos recursos públicos limitados, las prioridades, además del patrimonio histórico, siguen siendo: las escuelas, el bienestar social, la inestabilidad hidrogeológica, la prevención de incendios y el mantenimiento y cuidado del territorio, para garantizar la seguridad de los ciudadanos’.

La elección ha suscitado un debate político y cultural. Mientras que por un lado el ayuntamiento reivindica el pragmatismo de la decisión, por otro la oposición y parte de la ciudadanía subrayan el riesgo de que un bien de tanto valor acabe siendo gestionado según una lógica privada, que no siempre es compatible con el interés público. El bien, hay que recordarlo, no es la torre medieval original, sino una reconstrucción del siglo XIX que, en cualquier caso, conserva su papel de símbolo del territorio.

Otro elemento es el futuro uso de la zona. Según el diario Il Tirreno, la empresa compradora tiene la intención de utilizar las canteras en desuso para operaciones de consolidación con los materiales excavados, mientras que la zona más cercana a la torre podría desarrollarse con fines turísticos y de alojamiento. La administración municipal ha anunciado su intención de firmar un acuerdo con los nuevos propietarios para garantizar la puesta en valor pública del monumento. El proyecto contempla la reurbanización medioambiental de la zona, medidas de seguridad y la posibilidad de hacer accesible la torre en condiciones adecuadas. En este caso, se trataría, dijo el alcalde, “de mejorar la red viaria y los aparcamientos, pero también de construir un anfiteatro en las canteras para actuaciones de música clásica y ópera, así como de asegurar la parte de la montaña y el precipicio para hacerlo accesible a los visitantes”.

Sin embargo, el asunto había traspasado las fronteras locales y llegado al Parlamento. El 6 de agosto, el diputado Edoardo Ziello (Lega) presentó una pregunta a los ministros de Cultura y Medio Ambiente en la que pedía aclaraciones sobre la venta e instaba a elaborar un plan de protección. En el texto de la pregunta parlamentaria, se subraya que la zona incluye canteras en desuso que no han sido recuperadas y existe el riesgo de que se utilice como vertedero de materiales inertes. Ziello se refiere también a los numerosos accidentes ocurridos en los últimos años, con varias muertes por caídas de altura en ausencia de medidas de seguridad adecuadas. Se pregunta si se han activado los procedimientos de protección previstos por la ley, qué iniciativas piensa tomar el Ministerio de Cultura para verificar la prioridad pública y qué medidas tomará el Ministerio de Medio Ambiente para recuperar las canteras e impedir nuevos usos incompatibles con el contexto paisajístico.

La cuestión de la seguridad es, de hecho, otro tema central. La torre ha sido durante mucho tiempo destino de excursiones, pero la zona carece de la protección adecuada y las crónicas locales han registrado varios casos de accidentes mortales. La administración municipal, junto con la Región de Toscana y la Universidad de Pisa, ya había firmado un acuerdo para la recuperación y puesta en valor de la Torre Upezzinghi, reconociendo la urgencia de una intervención. Ahora, la nueva propiedad y el acuerdo anunciado tendrán que aclarar cuándo y cómo garantizar una accesibilidad segura. Así pues, el destino de la Torre Caprona sigue ligado a un complejo equilibrio entre las exigencias de protección, las limitaciones económicas y las perspectivas de valorización turística. La renuncia del Ayuntamiento al derecho de tanteo desplaza el foco de atención hacia la relación entre lo público y lo privado, en una zona con un fuerte valor simbólico y cultural. La esperanza de las instituciones es que el acuerdo pueda garantizar que la Torre de Upezzinghi siga siendo accesible a la comunidad y una remodelación medioambiental de las canteras circundantes.

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