Una importante obra maestra del Renacimiento veneciano regresa a Venecia después de más de setenta años. La Piedad, o Cristo muerto sostenido por cuatro ángeles, de Giovanni Bellini (Venecia, c. 1430 - 1516), conservada en el Museo della Città di Rimini, se presenta al público en la Galería Giorgio Franchetti de Ca’ d’Oro gracias a un amplio proyecto de restauración promovido y financiado por Patrimonio Veneciano. Esta organización internacional sin ánimo de lucro, activa desde hace veintiséis años entre Venecia y Nueva York, se ha comprometido a apoyar iniciativas culturales destinadas a valorizar el patrimonio artístico de la Serenísima mediante restauraciones, exposiciones, estudios, investigaciones y publicaciones. La obra, último ejemplo de la producción juvenil de Bellini que marcó profundamente la pintura veneciana del siglo XV, faltaba de la ciudad lagunar desde 1949, cuando se expuso en el Palacio Ducal en la gran muestra dedicada al maestro y comisariada por Rodolfo Pallucchini con instalación de Carlo Scarpa.
El regreso a Venecia va acompañado de una exposición dossier, abierta del 21 de noviembre de 2025 al 6 de enero de 2026, que relaciona la Piedad con el San Sebastián de Andrea Mantegna, también procedente del Museo de la Ciudad de Rímini. El proyecto curatorial se ha confiado a Toto Bergamo Rossi, director del Patrimonio veneciano, y a Giovanni Sassu, ex director del Museo della Città di Rimini y actual responsable de los Musei di Cento. La iniciativa está promovida por Patrimonio Veneciano en colaboración con la Dirección Regional de Museos Nacionales del Véneto, la Galería Giorgio Franchetti de Ca’ d’Oro, los Musei di Rimini y la Morgan Library & Museum de Nueva York, institución que a su vez acogerá una etapa de la exposición del 15 de enero al 19 de abril de 2026. Al término de este itinerario internacional, la Piedad regresará definitivamente a Rímini, de nuevo yuxtapuesta al San Sebastián de Mantegna, en una última etapa que tendrá lugar coincidiendo con el cierre temporal de la Ca’ d’Oro para la fase final de las obras de renovación financiadas por Patrimonio Veneciano.
La historia del cuadro se remonta a mediados del siglo XV. En efecto, la Piedad fue encargada a Giovanni Bellini por Rainerio di Lodovico Migliorati, consejero de la familia Malatesta y figura central de la vida cultural y política de Rímini. La obra puede fecharse en la década de 1470 y aparece ya en el testamento del mecenas redactado en 1499. El estilo, la iconografía y el formato sugieren que estaba destinada a la devoción privada en la residencia de la familia Migliorati y que sólo tras la muerte de Rainerio encontró su lugar en la capilla funeraria de la familia en la iglesia de Sant’Antonio, situada junto a la iglesia de San Francesco, hoy conocida como el Tempio Malatestiano, famosa obra arquitectónica de Leon Battista Alberti. El encargo refleja las intensas relaciones entre Rímini y la República de Venecia, desarrolladas gracias a personajes como el propio Migliorati, que viajó a la Serenísima en varias ocasiones. Es probable que fuera precisamente con ocasión de esos encuentros cuando se tomara la decisión de confiar a Bellini un tema tan cargado de significado devocional.
La Piedad pronto fue trasladada de la capilla de los Migliorati a la iglesia de San Francesco, donde Giorgio Vasari la vio y la mencionó en la edición de las Vidas de 1550. Allí permaneció hasta principios del siglo XIX y más tarde ingresó en la Pinacoteca Comunale de Rímini. Apreciado como uno de los elementos más destacados de la colección de la ciudad, el panel salió de Rímini por primera vez en 1929, cuando fue prestado a la Royal Academy of Arts de Londres para la prestigiosa exposición Exhibition of Italian Art 1200-1900. Los préstamos posteriores fueron numerosos, incluido el de 1949 al Palacio Ducal, la última aparición veneciana antes del proyecto actual.
El cuadro está marcado por una historia de conservación muy compleja. Fundamental fue la intervención llevada a cabo en 1969 por Otello Caprara y Ottorino Nonfarmale, que supuso la retirada del soporte original de madera, seriamente comprometido por la carcoma y por un parqué “a la florentina” aplicado en 1930, responsable de agravar el deterioro. La superficie pintada se transfirió entonces a un nuevo soporte de celosía de aluminio. La restauración más reciente, llevada a cabo por Lucia Tito de CBC en los talleres de Ca’ d’Oro y apoyada por Patrimonio Veneciano, se centró en la limpieza y revisión estética, verificando la plena estabilidad del soporte moderno. Se eliminaron repintes antiguos invasivos y un barniz muy amarillento que alteraba la percepción cromática original. La reintegración de la grieta central y la corrección de una interpretación errónea del gesto de un ángel, que inicialmente se pensó que sostenía un clavo, devolvieron a la obra su claridad iconográfica. Las investigaciones científicas preliminares también han confirmado la consistencia de la paleta de Bellini y documentado la presencia del dibujo preparatorio a pincel, devolviendo legibilidad y equilibrio a una pintura de altísima calidad.
La exposición del dossier en la Ca’ d’Oro se convierte así en una oportunidad para comparar de cerca dos pináculos del arte renacentista y analizar las relaciones que unieron sus respectivas experiencias culturales. Las influencias compartidas, desde la lección de Piero della Francesca hasta la presencia fundamental de Donatello en Padua entre 1443 y 1453, emergen en el diálogo entre las dos obras. La relación familiar que unió a los dos artistas a través del matrimonio de Mantegna con Nicolosia, hermana de Bellini, ofrece otro elemento de reflexión. La disposición incluye una sala oscurecida con precisos insertos de luz que harán resaltar la Piedad y, junto a ella, la capilla restaurada donde se expone el San Sebastián, amplificando así la fuerza expresiva de las dos obras.
De enero a abril de 2026, la exposición viajará a la Morgan Library & Museum de Nueva York, donde la Piedad se ubicará en la West Room, antiguo estudio privado de Pierpont Morgan. Aquí dialogará con esculturas de Antonio Rossellino, pinturas de Perugino, Francesco Francia y Cima da Conegliano, así como obras de maestros nórdicos como Hans Memling, cuya influencia marcó profundamente la pintura italiana del siglo XV. La comparación de las colecciones Franchetti y Morgan subraya un hilo conductor ideal relacionado con la conservación del patrimonio artístico del Renacimiento.
En el transcurso de 2026, la Piedad regresará a Rímini, donde se reunirá con el San Sebastiano de Mantegna, brindando una nueva oportunidad de explorar los intercambios culturales que unieron Venecia y la zona del Adriático. El regreso tendrá lugar mientras la Ca’ d’Oro afronta la fase final de las obras de restauración y acondicionamiento, un impresionante proyecto iniciado en 2023 y financiado por el Patrimonio Veneciano junto con la Fundación Giulio y Giovanna Sacchetti, por una inversión total de ocho millones y medio de euros. Los trabajos en las yeserías, los techos de madera, las decoraciones de mármol, los suelos venecianos y los sistemas tecnológicos han afectado al primer piano nobile, mientras que ahora es imprescindible el cierre total del museo para las obras del segundo piso y la nueva escalera de entrada.
“Este excepcional proyecto de restauración persigue los objetivos de la Fundación Patrimonio Veneciano, que desde 1999 financia, coordina y promueve importantes proyectos de restauración, exposiciones y publicaciones dedicadas al arte veneciano no sólo en Venecia, sino también en sus antiguos territorios”, explica Toto Bergamo Rossi, director de la Fundación Patrimonio Veneciano. “La Piedad fue encargada a Giovanni Bellini por un notable riminés, a pesar de que lo más probable es que el maestro nunca visitara Rímini. Esto atestigua la importancia y la fama de la pintura veneciana durante la segunda mitad del siglo XV, que se exportaba mucho más allá de las fronteras de la Serenísima.”
“La operación cultural realizada gracias a la prestigiosa sinergia con la Fundación del Patrimonio Veneciano es de gran importancia para nuestra ciudad por más de un motivo”, afirma el alcalde de Rímini , Jamil Sadegholvaad. “Además del valor objetivo del trabajo de restauración que hoy, gracias a la habilidad y pericia de los expertos, permite redescubrir una de las obras maestras que nuestro Museo tiene el privilegio de conservar, este ’viaje de los Bellini’ es para Rímini el signo de una renovada conciencia de cómo el arte y la cultura pueden ser motor de crecimiento y cimiento del futuro de una comunidad”. Aterrizar entonces en Nueva York, metrópolis cosmopolita símbolo de infinitas posibilidades, nos brinda la oportunidad de dar impulso a esta narrativa y alimentar esta visión".
“La restauración de la Piedad de Giovanni Bellini y la exposición del dossier”, afirma Daniele Ferrara, director de la Dirección Regional de Museos Nacionales del Véneto, “son una oportunidad para potenciar la virtuosa colaboración entre entidades públicas y privadas, encajando en el proyecto más amplio de renovación de la Galería Giorgio Franchetti de Ca’ d’Oro, que el Ministerio de Cultura está llevando a cabo con el apoyo de Patrimonio Veneciano. La iniciativa expositiva forma parte de una operación más amplia de colaboración entre el Departamento de Museos Nacionales del Véneto y los Musei Rimini, destinada a estudiar las relaciones históricas, culturales y artísticas entre Venecia y Rímini durante el Renacimiento”.
“Esta operación”, añade Claudia Cremonini, directora de la Galería Giorgio Franchetti de Ca’ d’Oro, “es también un signo concreto de la reactivación del taller de restauración de Ca’ d’Oro, creado tras la inundación de 1966 y que se está reorganizando al mismo tiempo que la renovación del museo”.
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| La Piedad de Bellini finalmente restaurada vuelve a Venecia tras 70 años, en diálogo con Mantegna |
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