La Colección Giancarlo y Danna Olgiati de Lugano inaugura su temporada de otoño con la exposición Prampolini Burri. Of Matter, comisariada por Gabriella Belli y Bruno Corà, en colaboración con la Fondazione Burri de Città di Castello. Un proyecto expositivo que abarca todo el siglo XX italiano para investigar el uso de materiales no convencionales con respecto al lenguaje tradicional de la pintura. Los protagonistas de esta investigación sobre el poder expresivo de la materia son Enrico Prampolini (Módena, 1894 - Roma, 1956) y Alberto Burri (Città di Castello, 1915 - Niza, 1995), ambos activos en Roma y unidos por un enfoque revolucionario de la creación artística.
La exposición, que podrá visitarse del 21 de septiembre de 2025 al 11 de enero de 2026, reúne unas 50 obras procedentes de colecciones públicas y privadas internacionales, para ofrecer un recorrido desde los experimentos futuristas y polimatéricos de Prampolini hasta las radicales creaciones de Burri. El uso de la materia se convierte así en la clave para expresar las tensiones, las ansiedades y el poder transgresor de un siglo marcado por profundos cambios.
Prampolini, figura polifacética del Futurismo y en diálogo con las vanguardias europeas, comenzó sus investigaciones sobre el polimaterismo ya en 1914. Burri, en cambio, tras su experiencia bélica, opta por poner a cero toda retórica para confiar la fuerza poética de su obra al propio material -sacos, alquitranes, plásticos, cellotex-. Su gesto se radicaliza, hasta el punto de transformar el fuego, la tierra e incluso el silencio en lenguaje artístico.
“Los caminos tomados por Prampolini y Burri, con trayectorias y significados conceptualmente diferentes, muestran caminos posibles, ciertamente no los únicos, pero sin duda los más arriesgados, aquellos que renuncian a la pintura como medio puro de tradición milenaria, apoyándose en todo lo demás, cortando y pegando, excavando en la tierra, utilizando plásticos, sacos, moldes y quemando, añadiendo objetos, y mucho más. Una revolución lingüística que se convertiría, como es bien sabido, en la obra de Burri, en norma y estilo internacional, con una primacía europea sobre la que merece la pena reflexionar”, explican Gabriella Belli y el comisario Bruno Corà.
La instalación, diseñada por Mario Botta, pone en escena dos universos opuestos: las obras de Prampolini, expuestas en paredes blancas, y las de Burri, presentadas en paredes completamente negras. Un contraste cromático que amplifica la distancia conceptual y poética entre los dos maestros, al tiempo que subraya su tensión común hacia un arte capaz de trascender los límites de la pintura tradicional.
Prampolini Burri. Of Matter representa el tercer capítulo del ciclo de exposiciones promovido por Danna y Giancarlo Olgiati, dedicado a las comparaciones entre algunos de los mayores protagonistas del siglo XX: Balla y Dorazio (2023), Yves Klein y Arman (2024).
Activo no sólo en la pintura, sino también en la escenografía, la arquitectura y las artes aplicadas, Enrico Prampolini se unió al Futurismo en 1912, pero reinterpretó sus principios en clave autónoma y con una perspectiva internacional. En los años veinte, su producción se orienta hacia el arte mecánico, como demuestran obras de la exposición como Paesaggio caprese (o Paisaje vesubiano), creada hacia 1922. Sin embargo, es con Intervista con la materia (1930) cuando comienza la fase más visionaria y cósmica de su carrera: aquí, materiales heterogéneos -esponja, corcho, galalita- limitan progresivamente el espacio tradicionalmente reservado a la pintura. Una rebelión contra las técnicas convencionales que Prampolini ya había anticipado en 1914 con Béguinage, un refinado montaje polimatérico también expuesto.
En la Colección Olgiati se exponen varias obras maestras de los famosos cuadros pol imatéricos de los años treinta. En obras como Venus mecánica (1930) o Geometría aerodinámica (1934-35), el artista elabora metamorfosis de formas sin precedentes, mientras que Formas fuerzas en el espacio (1932) evoca mundos extraterrestres dominados por la geometría y nuevas tensiones psíquicas de matriz orgánica. También se incluyen obras polimáticas de los años treinta y principios de los cuarenta, como Automatismo polimatérico F (1941). Estas obras nacieron de un entretejido de relaciones internacionales, cultivado por Prampolini en París desde los años 20, en diálogo con movimientos como el Surrealismo y con pintores abstractos-concretos, a los que se acercó al unirse al grupo parisino Cercle et Carré.
“Cómo Prampolini fue capaz de desenredarse entre estas dos corrientes, de hacer una síntesis de ellas en una convergencia estilística y significativa, capaz de unir aspectos de una y otra, es el dato significativo de esta nueva fase de su obra, que lleva el sello de una internacionalidad preciosa para su carrera, pero también para el parterre de la pintura italiana de la época”, subraya la comisaria Gabriella Belli.
Las últimas pinturas multimateria expuestas, fechadas en los años 50, confirman la constante evolución de su investigación: Composizione astratta CR (1954), Tensioni astratte del mismo año y Composizione S 6: zolfo e cobalto (1955) dan testimonio de una continua apertura a las formas y lenguajes de la época. Obras que establecen el papel de Prampolini como punto de referencia indispensable para las generaciones de pintores que surgieron a finales de los años cuarenta.
Los conceptos intuitivos de Burri relacionados con el uso de la materia están muy alejados de las teorizaciones de Prampolini. Tras la Segunda Guerra Mundial, que vivió en primera persona como oficial médico, prisionero en África y luego en Hereford (Texas), Burri se convirtió en artista autodidacta y se embarcó en la búsqueda de un nuevo lenguaje. Tras un breve debut en el figurativismo, a partir de 1948, decidió derivar la calidad pictórica del gesto de presentar la materia, vaciándola de toda posible metáfora. Es una materia humilde y bruta que viene a sustituir al color.
“La aptitud para el desafío, para lo inesperado, para el análisis, la tensión ética, la inclinación por la facultad compositiva, el sentido innato de la geometría, la facilidad en el uso de cualquier material disponible (...), dirigen las cualidades y los objetivos de ’redención’ del futuro pintor destinado a influir, a partir de la posguerra, en la sensibilidad de la pintura y la escultura en el panorama artístico internacional”, explica el comisario Bruno Corà.
La exposición presenta varias obras ejemplares, desde los ciclos de los primeros años, pasando por las Composiciones, las Tars de los años 1948-1950 hasta los Sacchi, obras maestras que conducen el arte de Burri hacia una dimensión matérica definitiva.
Tras experimentar con los materiales más diversos -del alquitrán a la piedra pómez, del oro al yeso, y muchos otros-, Burri comenzó a utilizar el fuego en la acción moldeadora de la obra. En la exposición, varias obras, entre ellas Plastica y Rosso Plastica (1962), son el resultado de la incesante intervención del artista con la boquilla de la llama en el puño sobre lienzo, plástico y vinavil o aluminio, mientras ataca y abre huecos, quema zonas centrales y bordes, revelando un territorio material desconocido. Después del fuego, con los famosos Cretti, Burri pasa a la elaboración de las otras piedras angulares de la dimensión material: la tierra, el aire y el agua. Una nueva manifestación de la espacialidad material se muestra en raras obras de los años setenta, como Bianco Nero Cretto, 1972, o en Bianco Cretto C1, 1973.
La exposición se cierra con algunas obras de cellotex de las décadas de 1980 y 1990, como Cellotex (1980) y Nero e Oro (1993). Afonoide y opaco, el cellotex, un compuesto de madera utilizado en la industria, es el material que en manos de Burri llega a visualizar las dimensiones del silencio, la oscuridad, pero también el vacío, la plenitud y la ausencia, todas ellas nuevas coordenadas estéticas que influirán en algunas de las investigaciones posteriores más avanzadas.
Con motivo de la exposición, la editorial Mousse publicará un catálogo bilingüe (italiano-inglés) con ensayos críticos de Gabriella Belli y Bruno Corà, un diálogo entre Gabriella Belli y Mario Botta, así como fichas descriptivas, aparato bio-bibliográfico y una amplia colección iconográfica.
Horario: de jueves a domingo de 11.00 a 18.00 horas.
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Lugano, la Colección Giancarlo y Danna Olgiati investiga el poder expresivo de la materia con Prampolini y Burri |
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