Las Gallerie d’Italia de Milán presentan del 28 de noviembre de 2025 al 6 de abril de 2026 la exposición Eterno e visione. Roma y Milán, capitales del neoclasicismo, comisariada por Francesco Leone, Elena Lissoni y Fernando Mazzocca, con el patrocinio del Ayuntamiento de Milán y en colaboración con la Bibliothèque nationale de France. La exposición se centra en un periodo crucial de la historia italiana, entre 1796, año de la entrada de Napoleón en Italia, y 1815, marcado por la derrota en Waterloo y el Congreso de Viena. En estas dos décadas, profundas transformaciones políticas, económicas y sociales afectaron a todo el país, dejando también una huella decisiva en el panorama artístico.
Mientras centros como Florencia, Venecia, Génova y Nápoles atravesaban una fase de decadencia, Roma y Milán emergían como excepciones. Roma, gracias a la estratificación milenaria de la Antigüedad y al gran legado del Renacimiento, sigue siendo un punto de referencia internacional y continúa atrayendo a artistas de todo el mundo, alimentando un animado tejido económico formado por estudios y talleres especializados en bronces y mosaicos. Milán, por su parte, vivió una época de extraordinaria modernización, aunque siempre proyectada hacia la magnificencia de la antigüedad.
La exposición reconstruye esta temporada creativa, comparando los más altos logros de las dos ciudades, ambas volcadas hacia la Europa moderna pero profundamente enraizadas en su pasado, del que extrajeron savia y prestigio. En el centro de la exposición se encuentran dos figuras unidas por una relación de profunda amistad: Antonio Canova y Giuseppe Bossi, pintor culto y refinado, experto conocedor de Leonardo y fundador de la Pinacoteca di Brera.
Se expondrá la obra maestra de Antonio Canova, que se creía perdida, el gran modelo de caballo actualmente sometido a una restauración excepcional. Junto a ella, obras de Bossi, del propio Canova y de Andrea Appiani contribuirán a narrar el nacimiento de la imagen moderna de Italia, que se convirtió en iconografía popular gracias a su genio.
La exposición recuerda también una de las intervenciones arquitectónicas más ambiciosas de la época: el proyecto del Foro Bonaparte, concebido por el boloñés Giovanni Antonio Antolini. Aunque nunca llegó a realizarse, este grandioso plan marcó profundamente la transformación del Milán napoleónico, orientándolo hacia un modelo urbano moderno y al mismo tiempo impregnado de la grandeza de la Antigüedad. En esa idea, Milán aspiraba a convertirse en una nueva Roma, persiguiendo el horizonte ideal del clasicismo.
Otra sección estará dedicada ala coronación de Napoleón como Rey de Italia en la Catedral de Milán, reconstruida a través de los “Honores de Italia”: el manto, la corona, el cetro y otros objetos utilizados en la ceremonia, restaurados en 2022 en el marco de las XIX Restituzioni promovidas por Intesa Sanpaolo.
Imagen: Giuseppe Bossi, Napoleón apoyado en el globo terráqueo, detalle (1806; óleo sobre lienzo, 98,5 x 74,5 cm; Colección particular)
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| Milán, una exposición que celebra Roma y Milán como capitales del Neoclasicismo en las Gallerie d'Italia |
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