En la Sala Paulina de las Galerías Inferiores de los Museos Vaticanos se ha expuesto de forma permanente toda la colección, compuesta por casi quinientos ejemplares, de micromosaicos pertenecientes al patrimonio pontificio. Esta extraordinaria colección, antaño propiedad de Domenico Petochi, fue adquirida a principios de los años noventa gracias a la iniciativa del entonces director Carlo Pietrangeli. Algunas de las obras ya se presentaron al público en la gran exposición de 1986 celebrada en el Braccio di Carlo Magno. Hoy, sin embargo, toda la colección está en exposición permanente: colocada en el interior de los antiguos gabinetes de la Biblioteca Vaticana.
Esta nueva exposición permanente de los Museos Vaticanos alberga una de las colecciones de micromosaicos más significativas del mundo. Obras que cuentan la historia de un arte minucioso y refinado, que se originó en el Vaticano y se difundió por toda Europa, especialmente gracias al Grand Tour.
El micromosaico -o mosaico diminuto- es una forma de arte de gran elegancia. Los viajeros del Grand Tour, fascinados por la belleza de Roma, querían llevarse un recuerdo personal y duradero de lo que habían visto y vivido con sus propios ojos: una especie de souvenir. Pero también representaban vistas arqueológicas, la campiña romana, así como flores y animales.
Nostalgia e invención" es el término elegido para describir esta nueva exposición, tomado del título de una colección de ensayos de Alvar González-Palacios, uno de los mayores expertos en las artes decorativas de Roma y Nápoles en el siglo XVIII. “Nostalgia, porque estos objetos hablan de un pasado que ya no existe”, explica Luca Pesante, conservador del Departamento de Artes Decorativas de las Colecciones Papales. “Invención, porque se refiere a esta nueva forma de arte que hunde sus raíces en el arte clásico y nació en el Estudio del Mosaico Vaticano, fundado oficialmente en 1727 y camino de su 300 aniversario”.
El minuto de mosaico se estableció oficialmente en 1795 en el Studio del Mosaico Vaticano. Los obreros desarrollaron una nueva técnica: abandonando el uso del esmalte vítreo cortado, utilizado en los mosaicos de gran escala, introdujeron la técnica del hilado, produciendo teselas más pequeñas que un milímetro, que luego se fijaban con extremo cuidado y precisión con la ayuda de pinzas y limas.
“Es quizá una de las colecciones de micromosaicos más importantes del mundo”, explica a Vatican News la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta. “Los temas son predominantemente profanos, en minoría religiosos. Antes, estas pequeñas obras maestras se conservaban en una sala de las Galerías Superiores, abierta sólo en ocasiones especiales. Decidimos exponerlas de forma permanente para permitir a muchos visitantes, que han abandonado la Capilla Sixtina, tener un encuentro con objetos que fueron creados para el disfrute íntimo y que son el resultado de un trabajo meticuloso. Un arte refinado, testigo del gusto y del coleccionismo europeo de finales del siglo XVIII y principios del XIX, y que al mismo tiempo narra una producción vaticana exquisitamente romana”.
Foto: © Museos Vaticanos
![]() |
Museos Vaticanos, una nueva exposición permanente reúne toda la colección pontificia de micromosaicos |
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.