Si no fuera porque el proyecto será financiado en gran parte por organismos públicos, también habría sonrisas. En Mantua ya se hablaba desde hace tiempo del proyecto que otro archistar (por cierto: qué término más horrendo) llegado a tierras italianas querría proponer a los desgraciados del momento, en este caso los propios mantuanos. El arquitecto en cuestión es Eduardo Souto de Moura, y el proyecto es un pabellón flotante que se construirá parala Expo 2015.
El caso es que sólo en los últimos días hemos conocido, con más detalle, las intenciones de Souto de Moura. Anteayer, un artículo del Corriere della Sera hablaba de “una torre que se eleva sobre las aguas del lago Inferiore”, “de tres pisos” y situada cerca del puente de San Giorgio. El 1 de abril (y desgraciadamente esto no es ninguna broma), la Gazzetta di Mantova publicó en su página web los dibujos de Souto de Moura, y si nos fijamos en este en concreto podemos entender fácilmente lo que el arquitecto portugués tenía en mente. Es decir, una escollera cuadrada a la entrada del puente de San Giorgio que, obviamente, repercutirá en la más famosa de las panorámicas de Mantua, aquella desde la que se pueden admirar las torres de la ciudad desde la misma zona en la que se instalará la torre:
Foto original: http://it.wikipedia.org/wiki/File:Mantova_Skyline.jpg
Los creativos de marketing van, pues, mucho más allá de sus posibilidades: al fin y al cabo, colocar vallas publicitarias en monumentos en restauración se ha convertido ya en algo habitual, así que ¿por qué no proponer un bonito panorama de marca en el que destaque el logotipo de la Expo 2015, que entrará inevitablemente en todas las fotos del panorama mantuano? Y de todos modos, los aspectos más grotescos de todo este asunto son al menos tres. El primero: en un artículo de octubre, también en el Corriere della Sera, se decía que “si la obra innovadora respeta también los cánones estéticos respetando el equilibrio arquitectónico de la ciudad, el pabellón se convertirá en una obra permanente de Mantua”. Así pues, en el peor de los casos, la torreta de Souto de Moura seguirá vagando por los lagos de Mantua: si esta hipótesis se hace realidad, esperemos que al menos la administración tenga el buen sentido de retirarla del puente de San Giorgio.
El segundo aspecto: el coste del proyecto, en el artículo más reciente de los mencionados hasta ahora, se estima en 450 mil euros. Todo ello mientras la que probablemente sea la obra de arte contemporáneo más interesante de Mantua, la llamada Fabbrica Sospesa diseñada por Pier Luigi Nervi, corre el riesgo de ser abandonada. Y todo resulta aún más increíble si pensamos que a finales de 2012 se dedicó una exposición a la Fábrica Suspendida en el Palazzo Te, y mientras tanto la verdadera obra de arte, la Fábrica Suspendida, anunciaba que cerraba sus puertas, dejando en casa a casi doscientos empleados de la Papelera Bur go, que funcionaba justo dentro de la Fábrica. Unos puestos de trabajo por los que siguen luchando los empleados de Burgo en Mantua, actualmente despedidos. Por este motivo, hay quienes proponen abandonar el proyecto de los pabellones flotantes y concentrarse en la Fábrica, que podría convertirse en la verdadera tarjeta de visita de Mantua para la Expo 2015 y volver a ofrecer oportunidades de empleo a los empleados de Burgo. Sobre todo porque el cierre de las obras no hará sino degradar el lugar.
Tercer aspecto: en Mantua, la Camera degli Sposi lleva más de dos años esperando su reapertura, debido a retrasos burocráticos, y se teme incluso que la reapertura se posponga hasta 2015. O hasta el otoño de este año, si todo va bien. Tiene sentido que el verdadero patrimonio artístico de la ciudad, el que educa a sus ciudadanos y, además, constituye una importante fuente de ingresos para Mantua, ya que desde que se cerró la Camera picta se han perdido más de <a href=’http://espresso.repubblica.it/attualita/2014/02/24/news/non-facciamo-morire-il-turismo-a-mantova-1.154665’ target=’_blank>120.000 visitantes</a>, encuentre dificultades y obstáculos y permanezca cerrado durante unos tres años, mientras que en su lugar se realizará en muy poco tiempo una obra probablemente efímera y que no se considera necesaria?
Pero bueno, ya sabemos el cuidado que nuestras administraciones tienen de sus trabajadores y de su patrimonio, y también conocemos su pasión por el marketing. Y no se puede esperar mucho bueno de esta combinación.
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