Del 27 de febrero al 28 de junio de 2026, la GAM | Galleria d’Arte Moderna di Milano acoge la exposición Paul Troubetzkoy. El escultor de la Belle Époque, una retrospectiva dedicada a uno de los escultores más importantes de los siglos XIX y XX. La muestra, inaugurada en el Museo d’Orsay de París y abierta al público francés hasta el 11 de enero de 2026, es una coproducción entre la GAM, el museo parisino y CMS.Cultura srl, con la colaboración del Museo del Paesaggio de Verbania, que conserva una parte sustancial del patrimonio del artista. La etapa milanesa, comisariada por Omar Cucciniello, ofrece un recorrido internacional por la obra de Paul Troubetzkoy (Intra, 1866 - Pallanza, 1938), escultor cosmopolita, hijo de un príncipe diplomático ruso y de una cantante de ópera estadounidense, nacido a orillas del lago Mayor, formado en Italia y trasladado después a París, donde consolidó su fama internacional, estableciéndose como retratista de referencia de la alta sociedad de la Belle Époque.
La exposición presenta ochenta obras, entre esculturas y pinturas, procedentes de importantes colecciones italianas, europeas, británicas y estadounidenses. Las obras se organizan en cinco secciones temáticas y cronológicas, con el fin de trazar el recorrido humano y artístico del autor, desde sus primeros éxitos en Milán, frecuentando los círculos de Scapigliati, hasta su consagración internacional, pasando por la obtención del concurso para la estatua ecuestre del zar Alejandro III en San Petersburgo. La exposición también relata su traslado a París y su participación en grandes exposiciones estadounidenses, que contribuyeron a consolidar su fama mundial. Troubetzkoy es conocido por su habilidad para captar el carácter de sus retratados con toques rápidos y vibrantes. Entre sus retratos más conocidos figuran los de artistas, nobles e intelectuales de su círculo, como el conde Robert de Montesquiou y Gabriele D’Annunzio, celebridades del teatro y la música como Enrico Caruso y Giacomo Puccini, y artistas contemporáneos como Giovanni Segantini, Giovanni Boldini y Joaquín Sorolla. Los retratos también incluyen a miembros de la alta burguesía internacional, entre ellos miembros de las familias Rothschild, Vanderbilt y Rockefeller, así como la famosa Marquesa Casati.
El método de trabajo de Troubetzkoy, esculpir directamente del natural sin preparar dibujos, dio como resultado bustos de bronce caracterizados por la inmediatez y la modernidad, con algunas partes apenas esbozadas junto a otras más detalladas, que documentan el proceso creativo del artista. Entre las obras de la exposición, el Retrato de Lev Tolstói, realizado tras un encuentro con el escritor en 1899, revela la influencia de Tolstói en la vida personal de Troubetzkoy, como su adopción de un estilo de vida vegetariano, práctica que también compartía George Bernard Shaw, quien lo calificó como “el escultor más asombroso de los tiempos modernos”. La exposición ofrece una panorámica de sus retratos más famosos, pero también incluye obras menos conocidas, como esculturas de animales y pruebas experimentales, muchas de las cuales nunca se han expuesto en Italia. Entre las pinturas de la exposición se encuentra el retrato de Troubetzkoy realizado por Ilya Repin en 1908, único cuadro conservado en Italia del maestro ruso perteneciente a la corriente de los peredžniki (pintores itinerantes), cedido por el GNAMC de Roma, y algunas obras de Giovanni Boldini, como el retrato del Conde de Montesquiou del Museo de Orsay, en diálogo con los bronces del escultor.
La exposición también incluye estatuillas que representan a nativos americanos y vaqueros, que Troubetzkoy estudió por primera vez durante su visita al circo de Buffalo Bill en Milán en 1890 y posteriormente durante sus estancias en Estados Unidos. Aquí también realizó retratos de las primeras estrellas de Hollywood y figuras de bailarinas. Entre las esculturas figuran Mademoiselle Svirsky, una famosa bailarina de la época que actuaba descalza, con una dedicatoria a Sorolla, y Lady Constance Stewart Richardson, un dinámico retrato en bronce procedente del Museo de Bellas Artes de San Francisco. La última sección de la exposición está dedicada al mundo animal, destacando el compromiso de Troubetzkoy con la causa animalista y vegetariana, con obras como el Devorador de cadáveres, prueba de su preocupación ética y social, y de la constante experimentación formal que caracterizó su carrera.
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| Paul Troubetzkoy expone en Milán, la escultura de la Belle Époque |
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