Retomamos nuestra serie sobre los problemas medioambientales de los Alpes Apuanos relacionados con laextracción del mármol de Carrara hablando hoy de cómo afecta la minería a la salud del agua en los Alpes Apuanos. La nuestra es una zona rica en agua: ríos, arroyos, riachuelos, muchos de ellos también subterráneos, caracterizan una zona sometida a fuertes precipitaciones, ya que los propios Alpes Apuanos forman una barrera tanto a la humedad que llega del mar como a las corrientes húmedas del sur, lo que hace que esta humedad se derrame en su mayor parte en los Alpes Apuanos, convirtiéndola en una de las zonas más húmedas de Italia1, sólo superada por los Alpes Cárnicos.
Esta elevada pluviosidad también hace que las cuencas de los ríos y torrentes que atraviesan el territorio sean especialmente ricas: los principales son el Frigido, que baña la ciudad de Massa, el Versilia, que fluye por la región histórica del mismo nombre, famoso destino vacacional y lugar de ocio y mundanidad, el Carrione, que baña la ciudad de Carrara, y el Serchio di Gramolazzo, el brazo del río Serchio que atraviesa los Alpes Apuanos. Los ríos y arroyos de los Alpes Apuanos están expuestos a un riesgo constante de contaminación, hasta el punto de que a lo largo de los años se han realizado varios estudios para analizar el riesgo de vulnerabilidad de los cursos de agua y acuíferos de la zona.
El Plan Regional de Acción Medioambiental de la Toscana 2007-20102 divide el territorio de las Apuanas en dos zonas sujetas a criticidad medioambiental: la primera zona (número 1 del Plan), denominada Alpes Apuanos, incluye todo el territorio montañoso de los Alpes, Garfagnana y parte de Versilia, mientras que la segunda (número 2 del Plan) se denomina Massa Carrara y corresponde a los territorios municipales de las ciudades de Massa y Carrara. A su vez, las zonas se subdividen en cuatro tipos “en función de la naturaleza de las presiones medioambientales en el origen de las críticas”: la zona 1 se incluye, por tanto, en la categoría Impactos de los procesos de producción, mientras que la zona 2 en la categoría Lugares que deben recuperarse. Entre los distintos objetivos previstos para las dos zonas se encuentran la “protección de los acuíferos de los Alpes Apuanos” (aunque en este caso, en la casilla “acciones emprendidas”, aparece un espacio en blanco) y la “recuperación de zonas contaminadas” en la zona “Massa Carrara”, previéndose también la “recuperación del acuífero”, ya parcialmente en curso.
La principal amenaza para la estabilidad ecológica de las aguas apuanas la representan, una vez más, las actividades relacionadas con el mármol (extracción y transformación), aunque en comparación con el pasado la situación ha mejorado considerablemente, y pronto veremos por qué, aunque los problemas no se hayan resuelto del todo. Hasta no hace muchos años, las numerosas serrerías del territorio apuano tenían la costumbre de verter en los cursos de agua el polvo de mármol resultante de la extracción, elaboración y aserrado del material (el polvo se conoce también con el nombre de marmettola). Aunque no constituye un grave peligro para la salud pública, la marmettola tiene una fuerte acción contaminante, ya que es responsable de un grave impacto biológico en los cursos de agua apuanos: la marmettola se deposita en el fondo de los ríos y arroyos, destruyendo sus microambientes e imposibilitando el asentamiento de organismos en ellos3. Este daño medioambiental también es considerable porque, a pesar de que el vertido sistemático de marmettola en los cursos de agua apuanos cesó hace al menos veinte años (aunque no completamente), el impacto biológico de la marmettola perdura en el tiempo, aunque la recuperación de los cursos de agua afectados no es imposible.
Cuando la práctica de verter mármol en los ríos era todavía habitual, se podía comprobar a simple vista cómo los ríos y arroyos sometidos a esta práctica (principalmente el Carrione y el Frigido, pero también el Versilia) adquirían un color blanco cremoso: era como si corrieran ríos de leche. Antes se ha dicho que la situación ha mejorado en los últimos años. Esto se debe a que se han encontrado sistemas alternativos de eliminación: por ejemplo, la marmettola puede utilizarse para neutralizar los humos de las centrales termoeléctricas (un ejemplo de este tipo de uso es la central de ENEL en La Spezia, que desde 2002 tiene activada una planta de reducción de humos que utiliza polvo de mármol, un proyecto que también ganó el premio “Innovaciones respetuosas con el medio ambiente 2003” promovido por Legambiente)4.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los últimos años, los ríos de los Alpes Apuanos siguen amenazados por las actividades mineras y todavía no es raro verlos tan blancos como antes. Recientemente, en enero de 2012, un artículo del periódico Tirreno5 destacaba cómola ARPAT (Agencia Regional para la Protección del Medio Ambiente de la Toscana) verificó la presencia de marmettola incluso en las cuevas de Antro delCorchia. El Antro del Corchia, situado dentro del Parque Apuano, es el sistema cárstico más extenso de Italia y uno de los mayores del mundo, con 70 km de túneles y pozos6. Y la responsabilidad de esta incómoda presencia de marmettola en uno de los parajes naturales más bellos de nuestro país debe atribuirse a la actividad minera de la zona.
Pero eso no es todo: los vertidos de marmettola en el territorio son un problema común en todo el territorio apuano (además del de Antro del Corchia, hay casos en Seravezza7, donde el problema sigue siendo bastante grave, y de nuevo en Massa8, Carrara9 e incluso en las Cuevasde Equi10): esto se debe en parte a las actividades que a veces siguen vertiendo residuos en los cursos de agua, y en parte a la acción de la lluvia que arrastra la marmettola desde los ravaneti11 hasta los ríos y arroyos12.
Concluimos con algunas fotografías que dan fe de lo dicho hasta ahora y que fueron tomadas por Andrea Ribolini en Foce di Pianza, un paso situado entre el monte Sagro y el monte Borla y donde hay algunas canteras de mármol (estamos en Carrara, a 1.250 metros de altitud), y Passo del Vestito, situado en Massa y también afectado por la actividad de las canteras. Para saber más, puedes ir al álbum dedicado al desastre medioambiental de los Alpes Apuanos compartido en Facebook por Andrea Ribolini: además de estas fotos, encontrarás varias más que documentan el estado de nuestras montañas. Si haces clic en las imágenes, podrás ampliarlas y leer su descripción.
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