El nuevo programa de exámenes para la obtención del título de Guía Nacional de Turismo, publicado por el Ministerio de Turismo hace unos días, ha suscitado la preocupación de los Guías de Turismo Italianos (GTI), asociación profesional que ha expresado una opinión crítica sobre la estructura general de la convocatoria. Aunque reconoce algunos elementos positivos, la asociación cree que la estructura actual corre el riesgo de comprometer la calidad de la formación de los futuros profesionales del sector.
GTI acoge con satisfacción la inclusión en la convocatoria de propuestas de simulaciones de visitas guiadas centradas en lugares, museos y obras importantes. En particular, existe una marcada preferencia por el ámbito arqueológico, atribuida a la composición del tribunal examinador. Sin embargo, esta orientación se considera aceptable, ya que los yacimientos indicados se consideran representativos y el método de evaluación se considera funcional. Entre los aspectos positivos cabe citar la inclusión de una lista precisa de leyes y reglamentos relativos al turismo, el patrimonio cultural y la accesibilidad. La presencia de referencias legislativas claras se considera una contribución útil para delimitar el área de estudio y contener la dispersión de los candidatos en la preparación teórica.
“Ya habíamos expresado estas preocupaciones durante la mesa redonda ministerial y ahora se confirman y acentúan. En su momento, habíamos comunicado formalmente al Ministerio nuestra oposición a un principio de selección basado en una mera enumeración de plazas y obras”, reitera la directiva de la Asociación.
La principal crítica surge, en cualquier caso, en el centro de la convocatoria, es decir, en la composición de los anexos relativos a la prueba escrita y oral. GTI expresa fuertes reservas sobre la larga y articulada lista de yacimientos arqueológicos, museos, monumentos e iglesias que los candidatos deben conocer. Según la asociación, la lista parece excesivamente amplia y carece de una lógica unificadora, convirtiendo el examen en una especie de ejercicio mnemotécnico basado en la mera repetición de fechas, nombres y nociones inconexas.
Como alternativa, GTI habría deseado un enfoque centrado en las épocas histórico-artísticas y arqueológicas, restringiendo posiblemente la atención a determinados artistas, periodos o fenómenos culturales. Un enfoque temático y cronológico, según la asociación, habría favorecido el desarrollo de conexiones entre los diferentes contenidos, reflejando de forma más coherente las verdaderas competencias requeridas en el trabajo diario de un guía turístico: la capacidad de establecer vínculos entre lugares, obras y contextos, adaptando el nivel de información en función del público y de la situación.
“Entendemos a los aspirantes a guía, que comprensiblemente se sienten desconcertados ante un programa tan deslavazado”, afirma la junta directiva de la GTI. “Confiamos en que en el futuro, teniendo en cuenta que el examen será anual, se puedan introducir mejoras significativas para alcanzar un nivel más adecuado a las necesidades de la profesión”.
La formulación actual del examen, señala GTI, parece inspirarse más bien en un enfoque nocionalista, carente de herramientas interpretativas y alejado del método utilizado en la enseñanza de Historia, Arte y Geografía en los institutos. Según la asociación, es precisamente la calificación exigida para acceder a la prueba lo que pone de manifiesto la inadecuación del enfoque propuesto. De hecho, los programas escolares no contemplan el estudio de listas enciclopédicas, sino que proponen un recorrido razonado por épocas, estilos, fenómenos y protagonistas. Esto permite a los alumnos desarrollar una capacidad de lectura crítica de los contenidos y situarlos dentro de una narrativa coherente, una habilidad fundamental para quienes van a llevar a cabo actividades de difusión cultural.
También suscita preocupación la selección de algunos de los lugares incluidos en el programa. En más de un caso, se trata de lugares que no son accesibles al público o que están situados en zonas de difícil acceso, como en el caso de un lugar que sólo puede visitarse a través de una larga ruta de senderismo. Según GTI, la inclusión de sitios con estas características es incoherente con el perfil profesional del guía turístico y, en cambio, sería más pertinente con el de un guía de senderismo.
La asociación subraya el desequilibrio entre las disciplinas representadas, con una evidente sobreabundancia de contenidos arqueológicos en detrimento de la Historia del Arte, que en cambio debería constituir un pilar de la formación de todo guía. Para GTI, la decisión de dar más peso a una sola área disciplinar corre el riesgo de penalizar la preparación multidisciplinar, que siempre se ha considerado uno de los elementos distintivos de la figura profesional del guía turístico.
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GTI plantea dudas sobre la convocatoria del examen nacional de guías turísticos |
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