Recibimos y publicamos esta crítica, escrita por un lector que ha preferido no firmar con su nombre, sobre la película Caravaggio in Roma. Il viaggio del Giubileo, en los cines italianos del 1 al 3 de diciembre de 2025.
Es un acontecimiento especial que llega a los cines del 1 al 3 de diciembre: Caravaggio in Roma. Il viaggio del Giubileo, dirigida por Giovanni Piscaglia. Nace de una idea de Franco Di Sarro, con guión de Eleonora Angius sobre un tema de Didi Gnocchi.
La película ha sido realizada por 3D Produzioni y Nexo Studios en asociación con SKY, y en colaboración con Avvenire y Gallerie d’Italia-Intesa Sanpaolo. Una producción notable que se nota inmediatamente en la fotografía, el montaje y la banda sonora. Lo mismo puede decirse, en general, de la calidad de la imagen, salvo, inexplicablemente, en el caso de algunas fotografías de cuadros, cuyo efecto, amplificado por la gran pantalla, es un poco el de un escaneado de un volumen de papel.
Más allá de los aspectos técnicos, el documental, con un cierto tono festivo típico del género, explora la dimensión espiritual de Michelangelo Merisi (1571-1610) en la Roma del Jubileo. Un viaje en el tiempo que lleva de los peregrinos contemporáneos de hoy al siglo XVII, donde se formó y se perdió la vida de un genio inquieto.
No es, pues, una película enteramente sobre Caravaggio, como muchos aficionados podrían esperar. En palabras del crítico de arte Claudio Strinati, el artista lombardo es “un pintor del sentimiento, y el Jubileo es sentimiento, no razonamiento”. Y fue durante el Año Santo de 1600 cuando Merisi encontró su consagración, presentando al público dos grandes lienzos en los que había estado trabajando desde el año anterior, la Vocación y el Martirio de San Mateo, que cambiaron la historia del arte y su vida para siempre.
A partir de ese momento, la pintura de Caravaggio no volvió a ser la misma: abandonó las escenas de la vida cotidiana para dedicarse casi exclusivamente a lo sagrado, transformando el arte en espejo de una fe intensa y atormentada, imbuida de misericordia y de una profunda necesidad de redención. Esta urgencia se hizo sentir aún más después de que matara a un hombre y fuera exiliado de la Ciudad Eterna, cuando sus obras se volvieron oscuras y dramáticas, como es particularmente evidente en las pintadas en Nápoles, Malta, Siracusa y Mesina. Por cierto, el documental ignora estas dos últimas etapas, pero nos hemos acostumbrado a que se descuide el periodo siciliano, como ocurrió también en la reciente exposición Caravaggio 2025.
Al no ser escuchadas sus súplicas de perdón, el pintor murió como un pecador, intentando regresar a Roma, a la espera de un perdón que no pudo obtener. Entre la luz y la oscuridad, la culpa y el perdón, la película pretende restituir el retrato íntimo de un hombre capaz de ver la belleza incluso en el pecado. Un artista frágil y universal que, en el Jubileo abierto por el Papa Francisco, vuelve a conmover con la fuerza intemporal de su poética.
En beneficio del gran público, siempre atraído por los aspectos ficticios, persiste la narración, ya insostenible, de un Caravaggio que utilizó prostitutas bien conocidas en la capital papal, y por tanto fácilmente reconocibles, como modelos para la Virgen María. Por otra parte, sorprende el silencio total sobre el único retablo que el artista pintó, en Roma, íntegramente en el Año Santo de 1600: ese cuadro “cum figuris”, como indican las fuentes contemporáneas, que se ha identificado como la Natividad con los santos Lorenzo y Francisco, destinado a un oratorio de Palermo del que fue robado en 1969. Esta última es, sin duda, una novedad relativamente reciente, pero no debería escapar a un documental. Sólo queda reflexionar sobre cómo ciertos productos de divulgación destinados a la pequeña y gran pantalla encuentran siempre un límite en su tendencia a apoyarse en autores “generalistas”, en lugar de contar con especialistas en los diversos temas abordados.
La película se sirve de numerosas contribuciones, y entre los entrevistados cabe citar al menos a la directora de la Galleria Borghese Francesca Cappelletti, el historiador Franco Cardini, el escultor Jago, el director de la Gallerie Nazionali di Arte Antica Palazzo Barberini-Galleria Corsini Thomas Clement Salomon y el historiador del arte y director del Museo dell’Opera del Duomo de Florencia monseñor Timothy Verdon.
Advertencia: la traducción al español del artículo original en italiano se ha realizado mediante herramientas automáticas. Nos comprometemos a revisar todos los artículos, pero no garantizamos la ausencia total de imprecisiones en la traducción debidas al programa. Puede encontrar el original haciendo clic en el botón ITA. Si encuentra algún error, por favor contáctenos.