Del 11 de octubre de 2025 al 2 de marzo de 2026, la Colección Peggy Guggenheim de Venecia acogerá Mani-Fattura: le ceramiche di Lucio Fontana, la primera exposición monográfica en un museo dedicada íntegramente a la producción cerámica de Lucio Fontana (1899-1968), una de las figuras más innovadoras e irreverentes del siglo XX. Aunque el artista es más famoso por sus Cuts, esta exposición pretende destacar un aspecto menos conocido pero fundamental de su obra: su trabajo con la cerámica, que comenzó en Argentina en la década de 1920 y continuó a lo largo de toda su vida.
Comisariada por la historiadora del arte Sharon Hecker, la exposición es la primera monográfica que ofrece un análisis en profundidad de la obra cerámica de Fontana, “asociada durante mucho tiempo”, como explica la comisaria, “más a la artesanía que al arte”. Hoy la cerámica de Fontana recibe una nueva atención gracias al creciente interés por este material en el arte contemporáneo".
Con cerca de setenta obras históricas, algunas de ellas nunca antes expuestas, procedentes de prestigiosas colecciones públicas y privadas, la exposición pretende poner de manifiesto el alcance de la visión escultórica de Fontana a través del uso de la arcilla, revelando cómo este material fue para él un terreno fértil para la experimentación. Su producción cerámica se caracteriza por la variedad de formas, técnicas y temas: desde figuras femeninas, animales marinos, arlequines y guerreros hasta esculturas abstractas. Su aproximación al barro se basa en la recuperación de antiguos rituales impuestos por el material, reinterpretados en clave innovadora.
La práctica cerámica de Fontana abarca décadas y diferentes contextos: desde sus comienzos en Argentina hasta su regreso a Italia durante el fascismo, pasando por su nueva estancia en Argentina durante los años de la guerra y su vuelta a la Italia de posguerra en plena reconstrucción y auge económico. El artista también produjo objetos para interiores domésticos, como platos, crucifijos, chimeneas, tiradores, a menudo en colaboración con importantes diseñadores. Con arquitectos milaneses de renombre creó frisos y decoraciones cerámicas para fachadas de edificios y esculturas para iglesias, escuelas, cines, hoteles, clubes deportivos y monumentos funerarios, obras que aún hoy embellecen la ciudad.
La exposición incluye tanto piezas únicas hechas a mano como objetos producidos en serie. La exposición recorre la producción cerámica de Fontana a través de dos continentes y cuatro décadas, entrelazando cronología y temas escultóricos en una narración sin precedentes. La heterogeneidad de su obra, que va de lo figurativo a lo abstracto, refleja los diferentes contextos históricos, sociales y culturales en los que vivió y trabajó.
El itinerario comienza con Bailarina de Charleston (1926), obra realizada a su regreso a Argentina tras la experiencia de la Primera Guerra Mundial, que vivió como joven soldado de los “muchachos del 99”. De aquí pasamos a la Italia fascista, donde a principios de la década de 1930 Fontana creó pequeñas terracotas sin vidriar y ligeramente coloreadas, como Ritratto di bambina (1931) y Busto femminile (1931). Siguió la temporada de experimentos con esmaltes, posible gracias a la colaboración con artesanos de Albisola, de la que surgieron obras como Cocodrilo (1936-37), Medusa (1938-39), Mujer sentada (1938) y el monumental Torso itálico (1938).
Durante la Segunda Guerra Mundial, Fontana regresó a Argentina, donde siguió trabajando la cerámica, antes de volver de nuevo a Italia tras la contienda. Aquí, la fase de reconstrucción y auge económico se entrelaza con una renovada producción cerámica que entra en diálogo con el mundo del diseño. Fontana crea platos, crucifijos y formas abstractas que investigan los orígenes mismos de esta antigua práctica artística.
Una sección de la exposición está dedicada a retratos femeninos, prueba del íntimo vínculo del artista con las mujeres de su vida: desde su esposa Teresita Rasini hasta la escritora e intelectual Milena Milani, única mujer firmante del Manifiesto del Espacialismo, pasando por la ceramista Esa Mazzotti. Las obras revelan la profunda relación de Fontana con la materia, capaz de hacer visible la fuerza material de la arcilla: lisa, rugosa, grabada, rugosa, pintada, esmaltada, cortada, perforada.
La exposición también pretende poner de relieve la capacidad del artista para fusionar arte y artesanía, diseño y destreza manual, e incluye fotografías de archivo suyas trabajando.
Completa la exposición el cortometraje inédito Le ceramiche di Lucio Fontana a Milano (Las cerámicas de Lucio Fontana en Milán), encargado para la ocasión al director argentino Felipe Sanguinetti. Concebida como parte integrante de la exposición, la película acompaña al público en un viaje por diversos lugares milaneses -del Cementerio Monumental al Istituto Gonzaga, de la Fondazione Prada a Villa Borsani, de la Iglesia de San Fedele al Museo Diocesano- donde se conservan las obras cerámicas de Fontana, realizadas en colaboración con importantes arquitectos italianos, entre ellos Osvaldo Borsani, Roberto Menghi, Mario Righini y Marco Zanuso. Se trata de obras site-specific integradas en el tejido arquitectónico y urbano, repropuestas a través de las evocadoras imágenes de la película, visibles en los espacios frente a la exposición.
El objetivo de la exposición es invitar al público a redescubrir al artista no sólo como pionero del espacialismo y del arte conceptual, sino como escultor profundamente vinculado a la materia, capaz de captar el potencial táctil y expresivo de la arcilla. También ofrece nuevas reflexiones históricas, técnicas y materiales sobre lo que un crítico de la época denominó su “otra mitad” y su “segunda alma”. La exposición revela una faceta más íntima, informal y colaborativa, arraigada en la suave fisicidad de la arcilla y alimentada por vínculos duraderos, como los mantenidos con Tullio d’Albisola, poeta y ceramista, y con la fábrica Mazzotti de Albisola.
La exposición va acompañada de un catálogo ilustrado, publicado por Marsilio Arte, con ensayos críticos de Sharon Hecker, Raffaele Bedarida, Luca Bochicchio, Elena Dellapiana, Aja Martin, Paolo Scrivano y Yasuko Tsuchikane, dedicados a la práctica cerámica de Fontana y a sus contextos históricos, sociales y culturales.
El proyecto se completa con un programa articulado de actividades colaterales gratuitas, destinadas a profundizar y reinterpretar el lenguaje visual del artista, realizado gracias al apoyo de la Fundación Araldi Guinetti, de Vaduz.
Mani-Fattura: le ceramiche di Lucio Fontana se realiza con el apoyo de Bottega Veneta.
Horario: Todos los días de 10.00 a 18.00 h. Cerrado los martes.
Para más información: www.guggenheim-venice.it
Imágenes: © Mani-Fattura: las cerámicas de Lucio Fontana, 11.10.2025 - 02.03.2026, Peggy Guggenheim Collection. Fotografía de Claudia Corrent
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Venecia, en la Peggy Guggenheim Collection una exposición dedicada íntegramente a las cerámicas de Lucio Fontana |
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