El verano de 2025, que se esperaba fuera la temporada de resurgimiento del turismo de playa, está resultando más complicado de lo esperado. Los datos recogidos a mediados de agosto(puedes leer el artículo de Andrea Laratta aquí) hablan de playas menos concurridas, caídas en las reservas y una creciente polémica sobre los costes, empezando por la llamada sombrilla cara. El debate ha estallado también en las redes sociales, con el actor Alessandro Gassmann acusando a los gestores de subir demasiado los precios, empujando a los italianos hacia las playas libres. A las críticas se sumaron periodistas y rostros televisivos como Salvo Sottile y Pinuccio, de Striscia la Notizia, que señalaron los gastos cada vez más elevados frente al estancamiento de los salarios. Las previsiones de las asociaciones profesionales dibujaban un panorama muy distinto. En julio, Federalberghi calculaba en 36,1 millones los italianos que viajarían entre junio y septiembre, con un volumen de negocio de más de 41.000 millones de euros y un porcentaje de vacaciones en casa cercano al 88%. ElOsservatorio Turismo Confcommercio indicaba 18 millones de salidas sólo en agosto y un gasto medio individual de 975 euros. Assoturismo-Confesercenti prevé más de 110 millones de presencias estivales, con un aumento de los turistas extranjeros.
Sin embargo, las encuestas más recientes hablan de desaceleración. Bernabò Bocca, presidente de Federalberghi, habló de cifras negativas en nueve de cada diez localidades. El presidente de la Unión de Balnearios, Antonio Capacchione, estima en cambio un descenso del 15% en julio, con picos del 25% en Calabria y Emilia-Romaña. Situación similar en los Abruzos, donde el presidente regional , Riccardo Padovano , describió las playas como vacías durante el periodo más turístico del año. Informes similares aparecieron en los periódicos nacionales: del Lacio al Salento, los establecimientos no registraron un lleno total. Por primera vez en años, muchos italianos han elegido la montaña. Sin embargo, no faltan voces contrarias: la ministra de Turismo, Daniela Santanchè, ha llamado a evitar el alarmismo, subrayando que los datos de junio y septiembre siguen siendo positivos y recordando que Italia mantiene precios medios más bajos que España y Grecia.
El tema central sigue siendo el de los costes. Según una encuesta de Altroconsumo, el precio medio de una sombrilla de playa y una tumbona ha subido un 5% desde 2024 y un 17% desde 2021. Codacons informa de subidas de precios del 32,7% en los servicios recreativos a partir de 2019. No faltan ejemplos llamativos: 90 euros en Gallipoli, 120 en Cerdeña, 100 en Togo Bay en Porto Cesareo. En los segmentos de lujo, en cambio, están los 1.500 euros de la carpa imperial en el Twiga Beach Club de Versilia, los 560 del Augustus Hotel de Forte dei Marmi y los 550 del Nikki Beach de la Costa Esmeralda.
Sin embargo, los operadores rechazan las acusaciones de tarifas insostenibles. Fabrizio Licordari, presidente de Assobalneari Italia, reiteró que el sistema está diversificado y es capaz de ofrecer soluciones para todos los presupuestos. Pedimos una entrevista a Licordari, pero no recibimos respuesta pese a recordárselo. Otros empresarios, como Marco Daddio, en Versilia, subrayaron que bajar los precios pondría en peligro la supervivencia de los negocios, ya afectados por el aumento de los costes de explotación. El propio Daddio recordó que los turistas se quedan menos días que en el pasado, señal de que los recursos son limitados, pero que las verdaderas subidas de precios se notan también en la gasolina, las autopistas, los restaurantes y las compras diarias.
El panorama se repite en toda la península. En Campania, se estima una caída del 15%, mientras que en Apulia, las lides sólo se llenan los fines de semana. Para Fabrizio Santorsola, de Fiba-Confesercenti , “los turistas buscan valor, no descuentos”, y el excesivo calor de julio ha empujado a muchos a posponer sus vacaciones. Las asociaciones profesionales vinculan el problema a la pérdida de poder adquisitivo de las familias italianas. Fabio Cenni , de Assohotel Confesercenti Toscana, señala que la subida de precios ha afectado a todos los sectores, pero no ha ido acompañada de un aumento adecuado de los salarios. Franco Marinoni, director general de Confcommercio Toscana, cita datos del Centro Studi Confcommercio: en 2025, los gastos obligatorios (hogar, energía, salud, transporte, seguros) pesarán el 42,2% del presupuesto familiar, lo que equivale a más de 9.300 euros de un gasto medio per cápita de 22.114 euros. En los últimos diez años estas partidas han crecido un 132%, mucho más que los bienes comercializables. Solicitamos a Paolo Corchia, presidente de Federalberghi Forte dei Marmi, una entrevista sobre el tema de los hoteles, pero no recibimos respuesta de su parte.
El resultado, como afirma el artículo de Laratta, es un modelo tradicional de vacaciones en la playa cada vez más presionado, entre los altos precios, las nuevas exigencias de los viajeros y la búsqueda de alternativas como la montaña y la naturaleza. Para completar el panorama, los altos costes no sólo afectan a los establecimientos: en los transportes y los servicios cotidianos, las tarifas suelen ser igual de elevadas, como demuestran los precios registrados en los aeropuertos italianos.
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Verano de 2025, playas vacías: el turismo de playa se ralentiza por los altos precios y los nuevos hábitos |
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