Del 30 de octubre de 2025 al 1 de marzo de 2026, el Centro Cultural Candiani de Mestre acogerá la exposición MUNCH. La revolución expresionista, comisariada por Elisabetta Barisoni. La exposición cuenta la historia del hombre y del artista de su tiempo: Edvard Munch, una figura profundamente introspectiva, pero también partícipe y atenta a la sociedad en la que vivía. Solo en su inquietud, pero nunca aislado, Munch teje lazos con autores y artistas contemporáneos -Ibsen sobre todo, cuyas obras ilustra- que influyen en su visión, en su revolución gráfica e iconográfica y en su vida misma.
Espejo de la cultura centroeuropea, Munch viajó mucho entre Francia, Alemania, Bélgica e Italia, en aquella Europa viva y turbulenta del Salón de los Rechazados y de las Secesiones, donde los jóvenes rebeldes del arte experimentaban con nuevos lenguajes. De Goya a Rembrandt, de Redon a Toulouse-Lautrec, hasta Van Gogh y Gauguin, absorbió las sugerencias simbolistas y postimpresionistas para luego transformarlas en un signo único e inconfundible. Con Munch entran en Europa nuevas sonoridades pictóricas: el espíritu nórdico que impregna e influye en las Secesiones de Múnich, Viena y Berlín, de las que es protagonista e inspirador.
La exposición, concebida por la Fondazione Musei Civici di Venezia para el Centro Culturale Candiani -instalada excepcionalmente en los espacios expositivos de la tercera planta- propone un viaje guiado por Munch para descubrir el arte de nuestro tiempo. A través de las colecciones cívicas de la Galleria Internazionale d’Arte Moderna di Ca’ Pesaro, que alberga cuatro importantes obras gráficas del artista (Angustia, La urna, La doncella y Muerte y cenizas), el proyecto expositivo recorre la revolución expresionista, reconectando a Munch con las corrientes de las que nació y a las que, en las décadas siguientes, inspiró profundamente.
Las siete secciones de la exposición se abren con Edvard Munch (Loten, 1863 - Oslo, 1944), puesto en diálogo con los fermentos naturalista e impresionista, y su compatriota Aksel Waldemar Johannessen (Kongsvinger, 1880 - Oslo, 1922). Este último, protagonista de una intensa pero breve parábola artística, compartió con Munch la búsqueda de un mundo interior atormentado, al tiempo que se distinguía por un realismo social cargado de tensión expresiva, alejado de la estética francesa entonces dominante en Noruega.
Dos grandes secciones están dedicadas a las Secesiones, las revoluciones artísticas alemanas que se desarrollaron de Múnich (1892) a Viena (1897) y Berlín (1898). El signo vibrante y la profundidad psicológica de Munch recorren estos movimientos, laboratorios de experimentación donde el Simbolismo, el Jugendstil y el Postimpresionismo se entrecruzan en un espíritu de renovación radical. En la Secesión de Múnich participaron artistas como Franz von Stuck, intérprete de un Simbolismo visionario y sensual, pero también numerosos italianos -entre ellos Arturo Martini y Alberto Martini- que extrajeron estímulos decisivos de este clima. Para la Secesión berlinesa, Munch fue casi el punto de partida: en noviembre de 1892, las obras de Munch en la exposición de la Verein Bildender Künstler de Berlín fueron duramente criticadas por los tradicionalistas y la exposición se clausuró al cabo de sólo una semana. El escándalo, sin embargo, consagra su fama y marca una ruptura entre los círculos académicos y la nueva generación de artistas. De esta ruptura nace en 1898 la Secesión de Berlín, de la que Munch será una figura destacada. En estos años de intensa efervescencia, artistas como Max Liebermann, Max Klinger, Dettmann y Egger-Lienz animaron un Berlín cosmopolita, moderno y orientado hacia el futuro.
Una vez superadas las premisas impresionistas, Munch se orientó hacia el Simbolismo: hacia la obra de Redon, Sérusier, Bonnard, Klinger y los cuadros de Böcklin, que alimentaban un lenguaje visionario impregnado de sueños y misterio. En Bélgica, la corriente adquiere tintes decadentes con Félicien Rops, próximo a los círculos literarios de Baudelaire, Mallarmé y Verlaine, y con James Ensor, creador de un universo grotesco y satírico poblado de máscaras y figuras monstruosas.
En Italia, el Simbolismo se expresa de formas diferentes y originales: en las esculturas dramáticas de Adolfo Wildt, en las atmósferas oscuras de Cesare Laurenti y en el espíritu rebelde de Ugo Valeri.
Una amplia sección dedicada al arte gráfico ilustra la enorme influencia de Munch en el expresionismo alemán, en particular en el grupo Die Brücke.
Artistas como Erich Heckel redescubrieron la xilografía y el grabado como herramientas directas e imprescindibles, inspirándose tanto en la tradición de Durero como en las innovaciones del maestro noruego. Tras la Primera Guerra Mundial, una nueva generación -entre ellos Otto Dix y Max Beckmann- tradujo el trauma colectivo en imágenes crudas y desilusionadas, donde la figura humana se convertía en símbolo de una sociedad herida y desgarrada.
La sección El grito contemporáneo refleja el legado de Munch en el siglo XX y más allá. Tras la Segunda Guerra Mundial, el expresionismo resurge como testimonio del dolor: Renato Guttuso narra la brutalidad de la historia, mientras que Zoran Mušič evoca el horror de los campos de concentración. El eco de aquel grito se encuentra en las visiones deformadas de Ennio Finzi y en las figuras agonizantes de Emilio Vedova, en las calaveras de Mike Nelson, en los mundos visionarios de Brad Kahlhamer y Tony Oursler, en la dramática denuncia de Marina Abramović sobre la guerra de Yugoslavia y en la poesía visual y política de Shirin Neshat, que talla en la piel y el destino del pueblo iraní.
MUNCH. La revolución expresionista marca el último capítulo de una exposición que, partiendo de las obras maestras de Ca’ Pesaro, explora las conexiones, contaminaciones y legados contemporáneos del arte moderno. El evento acompaña también el renacimiento del Centro Cultural Candiani, rediseñado por el MUVE, que continúa su programa de exposiciones temporales pero se transforma en un museo permanente, una Casa de la Contemporaneidad. La nueva colección del MUVE estará dedicada a la voz contemporánea, con obras de maestros italianos e internacionales desde 1948 hasta nuestros días.
Horario de apertura: De martes a domingo de 10.00 a 19.00 h. Lunes cerrado.
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Una exposición en Mestre habla de Munch, de las corrientes que le influyeron y de los artistas en los que se inspiró |
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